AMONTONARON MAL PARA SÍ

COMPARTILHE

2025-10-22 03:00:00

La apariencia de sus rostros testifica contra ellos, porque, como Sodoma, publican su pecado. ¡No lo disimulan! ¡Ay de sus vidas!, porque amontonaron mal para sí.


Isaías 3.9

Vivimos en tiempos muy difíciles. Los pecadores no se avergüenzan de relatar con alegría las iniquidades que cometen. Pablo habló de esto al enumerar las señales que precederían a la segunda venida del Señor Jesús: «Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.» (1 Timoteo 4.1). ¡Cuidado! ¡No se deje engañar por los demonios!

Es fácil darse cuenta de que alguien ya no camina con Dios: incluso su apariencia facial muestra que el Salvador ya no guía ni domina su vida. Puede resultar cómico cuando alguien afirma haber encontrado la Verdad, pero está lejos de Aquel que es la Verdad, el Camino y la Vida (S. Juan 14.6). Quienes se desvían se liberan de la protección del Señor y siguen caminos equivocados que los alejan de Dios y los llevan a vivir oprimidos por el reino del mal.

Cuando comparezcamos ante el tribunal de Cristo, veremos a personas que, por haber despreciado el llamado divino, llorarán por sus pecados y clamarán por misericordia. Serán como Esaú, el hermano de Jacob, quien, endurecido por el diablo, vendió su primogenitura y después, no tuvo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas. (Hebreos 12.17b). Incluso si confiesan sus errores, el tiempo para alcanzar la salvación habrá pasado (Apocalipsis 20.11-15; 21.8).

Estas personas perdidas se han convencido de que pueden hacer lo contrario a la naturaleza, esforzándose por reclutar a otros con moral deficiente para que sigan sus pasos. ¡Pobres vidas! Han abandonado el temor de Dios, y en ese Día, si no se arrepienten pronto, se les ordenará marchar al sufrimiento eterno. Eligieron al diablo antes que a Jesús. ¡Misericordia!

Muchos se esfuerzan por exhibir una felicidad falsa, dejando de disfrutar de los legítimos placeres de la vida con santidad, solo para destruirse espiritualmente (Romanos 1.18-32). Debemos interceder por estas personas, aunque algunos incluso se ofendan cuando mencionamos nuestras oraciones por ellos. Estas pobres vidas no saben lo que les espera por los siglos de los siglos. Los salvos radiantes marcharán con alegría hacia la Nueva Jerusalén y, con alabanzas resonantes, alabarán al Rey de reyes.

Hoy, los perdidos publican sus pecados, utilizando todos los medios disponibles. Pero ¿de qué les servirá haber hecho lo que el diablo les ordenó si se les ordenará marchar hacia el fuego eterno? Sin embargo, los redimidos por la sangre de Cristo se mantienen gozosos y firmes en su fe, sabiendo que un día, toda lágrima será enjugada de sus ojos. ¡Jamás la humanidad ha visto tanta maldad practicada por los malvados mientras se burlan de nosotros!

Para muchos, el ejemplo de Sodoma y Gomorra no se repetirá. ¡Qué engaño! El Creador del Cielo y la Tierra será implacable con quienes lo desafían y hacen todo lo posible por rebelarse contra Él. Los sabios lloran de emoción al recordar su antigua vida vana. Ahora, ellos están velando por la Palabra de Dios para que ella se cumpla.

 

En Cristo, con amor,

 

    R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios de la eternidad! Es bueno servirte y caminar en Tu presencia, haciendo lo que has ordenado, preparándonos para ascender con Jesús a Su regreso. Debemos ser constantes y fieles en todo lo que hacemos para servirte. Hoy es el día de nuestra visitación. ¡Te amamos!

Los perdidos están tan ciegos que hacen públicos sus errores, así como la gente de Sodoma y Gomorra no ocultó sus pecados. Muchos ya no tienen esperanza de regresar a Ti. Sin embargo, esperas que se arrepientan y Te reciban. ¡Te amamos!

Nadie que peca le hace mal a Dios, sino a sí mismo. Lo correcto es permanecer en la fe sin retroceder. Así como el diablo tentó a Jesús, también nos tentará a nosotros, pero debemos estar preparados para no darle ninguna oportunidad. ¡Te amamos!