CONTRA LA RELIGIOSIDAD

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2024-07-25 03:00:00

Y la tierra de Judá será un espanto para Egipto; todo hombre que de ella se acuerde, temerá por causa del plan que Jehová de los ejércitos preparó contra él.


Isaías 19.17

Durante años, Egipto fue el país más grande del mundo, con un poderoso ejército, al que acudían gentes de otras partes del globo. Había trabajo, prosperidad, un gobierno sólido y la paz reinaba en toda la tierra. Sin embargo, la profecía decía que todos los habitantes de aquel lugar se asombrarían de lo que les sucedería. Y la nación de Judá, descendiente del rey David, sería la responsable de esta obra. Entienda que, en el contexto del versículo resaltado, Egipto y Judá son naciones espirituales.

Egipto representa la religiosidad pagana, y Judá, el monoteísmo, que llegaría a reinar en todo el mundo, ya que el Salvador descendería de esta tribu y de la familia del rey David. No hay manera de que algún dios creado por el hombre pueda resistir a la orden dada en el Nombre de Jesús. La Buena Nueva de lo que Cristo ha hecho resuena por todo el planeta, y todos los que se rinden a Él se convierten en una maravilla para los que no creen en el poder de Su Nombre sobre los espíritus malignos (Filipenses 2.9-11).

La tierra de Judá simboliza la fe en Jesús. Con ella, la fuerza del enemigo se doblega ante la autoridad del Nombre que está sobre todo nombre. Por eso tenemos la satisfacción de ir a las naciones a predicar la salvación, la sanidad y la liberación en ese Nombre y la santificación por el Espíritu Santo. Hoy en día, hay sacerdotes de diferentes religiones convirtiéndose y volviéndose verdaderos siervos del Altísimo. ¡Dios es grande!

La gente ya no soporta ir detrás de los espíritus malignos, que se muestran cada vez más ineficaces ante un siervo que invoca al Señor en espíritu y en verdad (S. Lucas 10.19). Ya ha pasado el tiempo de que el diablo engañe y oprima; ahora es el momento de que el Nombre de Jesús libere a los que están bajo el yugo del maligno. Con Cristo, ¡mostraremos a los perdidos el verdadero Dios!

Este es el propósito del corazón del Padre hacia los que descubren la fe: que puedan acudir a Él, exponerle sus necesidades y salir bendecidos y libres. En el Evangelio, basta creer lo que dice el Todopoderoso, porque Él ya ha hecho todo lo que necesitamos para que vivamos libres de la tentación y de la enfermedad. La persona que encuentra al Maestro encuentra el bien y nunca es dominada por el maligno. ¡Jesús es la Verdad!

El plan del Creador está registrado en esta declaración bíblica, escrita por el apóstol Pedro: El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. (2 Pedro 3.9). Por eso predicamos la Palabra en todas partes, para dar a la gente lo que necesita para salvarse. No les cuesta nada, ¡solo tienen que quererlo!

El Señor ya ha determinado la caída de los dioses del mundo. Lo que tenemos que hacer es recibir a Jesús en nuestros corazones, confesándolo como nuestro Señor y Salvador. A partir de entonces, ¡conseguiremos las bendiciones que nos esperan!

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares

La Oración de Hoy

¡Dios del propósito eterno! Aquellos que han sido engañados, sirviendo a quienes no conocían, deben asombrarse de Tus obras y llegar a conocer a Jesús como la Verdad y a Ti, Padre amado, como eres, para que sus pecados sean perdonados. ¡Los salvados participan en la fe en Cristo!

Creyendo en Ti, se sentirán cada vez mejor. Así, cuando llegue la hora de morir, los que aún temen esa hora se sentirán con fuerzas para dejar este mundo y aparecer junto a Ti en las calles de oro del Cielo. Los que no son salvos viven con miedo, ¡pero los salvos viven con alegría!

Somos nosotros los que hacemos temblar al Egipto espiritual, porque Jesús ya descendió al Infierno y derrotó al diablo y a sus demonios. Hoy tenemos un mensaje que dar al mundo, ¡para que las personas reciban un sentimiento de dignidad y ganen sus batallas!