EL TIEMPO DE DIOS ACTUAR

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2025-10-25 03:00:00

Jehová está en pie para litigar y para juzgar a su pueblo.


Isaías 3.13

Aprovechemos estas habilidades de Dios para reclamar todo lo que necesitamos. Decir que no se preocupa por los Suyos está completamente lejos de la verdad. Después de todo, la declaración de Isaías nos concierne, pues el Señor se levanta para defender nuestros derechos en Cristo. Sin embargo, si no le mostramos que Su Palabra nos da esta prerrogativa, somos como quienes no creen lo que Él dice sobre Su voluntad. Sin duda, rendiremos cuentas ante Su tribunal por no haber creído.

De nada sirve decir que creemos en el Señor si no reivindicamos lo que nos pertenece. Ahora bien, al morir en la cruz del Calvario, Jesús sufrió nuestras enfermedades, tomó nuestros pecados y nos redimió para que seamos ciudadanos libres al confiar en Sus promesas (Isaías 53.4-6). No ejercer nuestro derecho es como confesar que la Palabra no tiene valor para nosotros. ¿Vamos a practicar la justicia?

Entremos en juicio ante el trono de Dios, siguiendo Sus reglas, que dicen: «Hazme recordar, entremos juntos a juicio. ¡Habla tú para justificarte!» (Isaías 43.26). El Señor no se olvida, pero cuando le recordamos nuestros derechos, en realidad recordamos que la bendición no es una limosna, sino el cumplimiento de lo que tenemos ante Él. ¡Un derecho no reclamado no existe!

Un cristiano no puede vivir despreocupado en relación con el diablo, ya que Jesús dejó numerosas advertencias contra él. Debemos entrar en juicio con el Señor, pero no siempre seguimos esta instrucción. Cuando reconocemos el mal que nos rodea y que quiere afligirnos, oramos a medias y dejamos el asunto para después, diciendo que lo hemos dejado en manos de Dios. En realidad, ¡no prestamos atención a las Escrituras!

Entrar juntos a juicio con el Señor significa estar de acuerdo con Su Palabra, que nos muestra el camino a seguir. Quienes prestan atención al ministerio bíblico en su iglesia no deben desesperarse, porque el Todopoderoso ya les ha enviado el mensaje sobre la solución a sus problemas. Por lo tanto, es importante estar siempre en la congregación; así, nunca perderemos nuestras batallas. Debemos continuar alabando a Dios hasta que sintamos el momento de actuar con fe.

Al determinar su bendición, hable y manténgase firme en sus derechos. Quien cree en Jesús jamás será derrotado, porque Cristo, el Rey de reyes y Señor de señores, será su representante ante el santo trono (Romanos 8.34). ¡Quienes se preparen para las batallas venideras serán bendecidos por el Dios Todopoderoso!

La obra de Dios hoy es guiar a los perdidos a ser justificados, liberados de las acciones del reino del mal e instruidos en las buenas obras que el Señor ha preparado de antemano para todos los que deseen disfrutarlas o ayudar a otros (Efesios 2.10). Solo necesitamos tener fe en Cristo para ver cómo el Todopoderoso nos usa para realizar las mismas obras que el Maestro realizó en Su ministerio terrenal (S. Juan 14.12). Quienes rechacen esta misión celestial, cuando necesiten ayuda, verán el daño que han causado a todos (Gálatas 6.7-8).

 

En Cristo, con amor,

        

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Padre, nuestro Auxilio! Necesitamos conocerte mejor, pues eres el Dios que nos defenderás. No podemos dejar de tenerte a nuestro lado, obrando Tu voluntad y guiándonos al campo de batalla, del cual saldremos victoriosos. Bendito seas, Señor, ¡nuestro buen Abogado!

Cuando buscamos nuestros derechos, tenemos la plena seguridad de que nunca seremos derrotados ni perderemos ninguna batalla. ¡Tú eres el Todopoderoso, que nos respondes según Tu promesa!

¡Tú juzgas a los pueblos! Por habernos salvado de la perdición, Te damos gracias. Es una gran bendición tenerte como el único Dios verdadero. Padre, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal, porque Tuyo son el Reino, el poder y la gloria. ¡Amén!