LISTO PARA OBEDECER

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2024-11-23 03:00:00

Entonces Israel dijo a José: —Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem. Ven, y te enviaré a ellos. —Aquí estoy —respondió él.


Génesis 37.13

Jacob triunfó en todo después de luchar con Dios y prevalecer, y su nombre fue cambiado por el de Israel (Génesis 32.24-32). Del mismo modo, la persona que se encuentra con Jesús debe salir victoriosa de las promesas del Señor, porque se convierte en obrero de la justicia divina (Romanos 6.13,18-19). Israel fue un padre sabio que supo preparar a sus hijos para la misión encomendada a su familia. ¡Todo cristiano haría bien en formar hijos sabios en Dios!

Un día, Israel se dirigió a José, su hijo con Raquel, su amada, para encomendarle una tarea. Le habló suavemente al joven y fue atendido. Sabemos que la confianza de los hijos en las instrucciones de su padre se adquiere por lo que el padre es y hace. Los hijos de Israel habían sido testigos de las diversas crisis de su padre y sabían que, si no hubiera sido un siervo en el verdadero sentido de la palabra, habría sucumbido. La persecución y los demás problemas que surgen en el camino tienen solución. ¡José lo escuchó!

La charla de Israel con José debe ser observada y estudiada. Al fin y al cabo, todo lo que está escrito en la Biblia es para nuestra enseñanza, como declara el Espíritu Santo:  Las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que, por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. (Romanos 15.4). Israel hablaba con su hijo como un amigo habla con otro, educadamente, sin obligarle a nada. ¡Un buen ejemplo!

Criar a un hijo sabio es un arte que Dios domina muy bien, pues Su Unigénito fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz, como afirma la Palabra (Filipenses 2.8). Nosotros debemos hacer lo mismo para gloria del Altísimo. Las misiones que Él nos encomienda ya han sido calculadas al detalle. Por eso no nos faltará capacidad y poder para llevarlas a cabo. El Señor tiene presciencia, lo sabe todo. Por eso debemos obedecerle. ¡Dios nos protege y nos inspira!

Sabiamente, Israel preguntó a José si los hermanos del joven apacentaban cerca de Siquem, donde su hermana había sido violada. Tras este triste episodio, los hijos de Israel se vengaron del mal hecho a su hermana matando a todos los hombres de aquel lugar (leer Génesis 34). Israel inició la plática preguntando si a José no le importaba que sus hermanos se hubieran ido a aquella tierra a apacentar las ovejas. Eran intrépidos como un león, ¡pero había cosas malas en ellos!

El patriarca dijo a José: «Ven», lo que significaba: «Muy bien, ¿te unirás a ellos?». Si respondiera que sí, sería enviado. Cuando Dios le muestra los millones de personas perdidas que se dirigen al fuego eterno, no debe condenarlas, sino hacer algo en su favor. Todos ellos son preciosos, pero como están en manos del rey de las tinieblas, viven como si Dios no existiera, y por eso pecan.

José comprendió lo que su padre le decía y declaró: Aquí estoy. En el caso del profeta Isaías, se asombró al ver la gloria de Dios y dijo: Entonces dije: «¡Ay de mí que soy muerto!, porque siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.» (Isaías 6.5). Entonces respondió lo mismo que José: Heme aquí (Isaías 6.8) ¡La obra necesita gente arrepentida!

 

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares

La Oración de Hoy

¡Dios, Padre nuestro! Qué momento tan importante en la vida de José, ser llamado por Ti. El hijo de Israel estaba listo para enfrentar las pruebas y sabía que no sería abandonado por Ti, sino conservado como siervo. Esto cambiaría el curso del mundo y de su familia. ¡Gran hombre!

Durante años, Israel no vería al primogénito de su amada Raquel. Lo enviaba al lugar donde Dios quería probarlo y amarlo. José se mantuvo firme, enfrentó malos momentos a manos de sus hermanos y acabó siendo vendido como esclavo en Egipto. ¡Qué firmeza!

No conocemos Tus planes para nosotros, pero sí sabemos que incluyen salvar a los perdidos, que serán llevados al Cielo gracias a nuestra fe. Jesús sufrió para ser útil en Tus manos. Padre, haznos instrumentos para el bien de los demás. ¡Necesitamos ser siervos fieles!