A DAVID LE PESÓ EN SU CORAZÓN

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2020-05-24 03:00:00
Después que David censó al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: He pecado gravemente por haber hecho esto; pero ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque he actuado muy neciamente.
2 Samuel 24.10
No siempre los deseos de nuestro corazón son tan buenos como parecen, porque el diablo puede hacernos pensar cosas que desagradan a Dios. El comandante del ejército de Israel luchó con David para que este no hiciese el censo de los guerreros, pero fue vencido por la obstinación del rey. Fue un largo período. Tuvieron que ir de ciudad en ciudad, de villa en villa, para saber quién podría ir a la guerra.
Como David no renunciaba a la intención de contar a sus soldados, Joab empezó a recoger las informaciones, tardando nueve meses y veinte días en llegar al nefasto resultado. Años después, uno de los descendientes de David cayó en algo parecido. Al ver la bendición sobre su pueblo, el rey Asa decidió levantar murallas alrededor de las ciudades de su reino, para que estuvieran a salvo cuando acabase la paz. Pero pronto vino Zera, que no le venció, solo porque él clamó a Dios (2 Crónicas 14.6-12).
El acto de David entristeció al Señor. Él oró y pidió perdón, pero tendría que hacer algo más para expiar su pecado y que el diablo no volviera a invadir su vida ni le hiciera pecar. Tendría que escoger una de las tres opciones que Dios le dio por medio del profeta Gad: 1) que vinieran siete años de hambre sobre todo Israel; 2) huir durante tres meses delante de sus enemigos, que lo perseguirían; 3) o que hubiera tres días de peste en el país (2 Samuel 24.13).
Con sabiduría, David prefirió caer en las manos de Dios. Después de todo, al ser misericordioso, el Señor no lo dejaría sufrir tanto. Hoy no existe este tipo de elecciones y, si confesamos nuestros pecados, los veremos perdonados antes de que el diablo nos cause ningún daño. El que no se arrepienta del mal cometido será atormentado día y noche y se perderá eternamente. ¡Ten misericordia!
Desde el principio, la plaga mató a más de 70 mil personas en Israel, casi 10% del gran efectivo militar de David. A él siempre le guiaba y le protegía Dios, entonces, ¿por qué quería saber qué tan fuerte era, si ello no venía del Señor? Los que se obstinan en hacer lo que el Señor no les dijo atraerán hacia los suyos una serie de sufrimientos que les causarán males perpetuos.
Cuando el ángel llegó para destruir Jerusalén, Dios dijo basta ya, porque David había sentido cuánto le dolió al Señor su decisión carnal. Si usted es obediente a Dios, tendrá éxito. Pelee la buena batalla, acabe la carrera y guarde la fe (2 Timoteo 4.7), para ser irreprochable todo el tiempo. El Todopoderoso ama a los que Lo aman, pero los que Lo dejen serán dejados.
David tuvo que comprar el lugar donde vio al ángel y edificar allí un altar al Señor, para que la plaga cesase. No deje de buscar al Altísimo en los momentos de prueba. Como es el gran Dios, Él puede darle una salida honrosa a su caída. ¡Venza con Él!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Señor de la justicia! Por mucho que amabas a David, no dejaste de darle su merecido castigo, por haberse dejado llevar por otro espíritu y censado al pueblo que estaba bajo su gobierno. ¡Ayúdanos a no decepcionarte!
Queremos agradarte en todo y creer que puedes hacer mucho más por nosotros de lo que vemos. No necesitamos saber cuánta fuerza tenemos, porque Contigo el enemigo no nos vencerá. ¡Nunca Te cambiaremos por la fuerza del hombre!
Danos entendimiento para buscarte con todo nuestro corazón. Así, Tú nos enseñarás a ejecutar Tu obra con amor. Que seas alabado y glorificado con nuestras acciones. ¡Amén!