ALEGRÍA A TU ALMA

2024-05-06 03:00:00

Un hijo debe ser siempre imagen y semejanza de su padre, pero a menudo será su vergüenza si no se le enseña correctamente. En el capítulo 23 de Proverbios, Salomón utiliza la palabra «castigar», hablando de lo que se debe hacer con la vara y mostrando el peligro de que el niño se vuelva irrecuperable en el camino del mal: No rehúses corregir al muchacho, porque si lo castigas con vara, no morirá (Proverbios 23.13). Este verbo también significa provocar una reacción física o psicológica en alguien.

        Castigar, en el sentido de golpear con una vara, como se hace con los animales, es cometer un completo error. Es improductivo pegar a un joven día y noche, pensando que se volverá educado. Tenemos que darnos cuenta de que la vara no es física, sino la Palabra de Dios. Una reprimenda suave e inteligente vale mucho más que pegar a un niño. Exhortando con sensatez, ¡el niño dejará atrás el error y hará lo correcto!

El término utilizado por Salomón significa reprender varias veces, siempre con sabiduría y prudencia, porque una exhortación fuerte a destiempo puede trastornar a alguien cuya mente aún se está formando. Si los padres no son sabios, deben hacer uso de la promesa revelada por el apóstol Santiago: Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada (Santiago 1.5). ¡La información bíblica es real!

Es bueno recordar que todos tienen límites, que, si se sobrepasan, difícilmente tomarán el camino del bien, como dijo Salomón: Castiga a tu hijo mientras haya esperanza, pero no se excite tu ánimo hasta destruirlo (Proverbios 19.18). Dice que la esperanza solo termina cuando uno deja de luchar. Como siervo de Dios, mantenga su pensamiento en línea con la Sagrada Escritura, que dice:  Jesús le dijo: —Si puedes creer, al que cree todo le es posible (S. Marcos 9.23).

Si dedica tiempo a cuidar de su hijo, evitará problemas en el futuro. Si la Palabra de Dios no está implantada en su corazón, vendrán muchas penas y les atormentarán mientras estén aquí. Ahora bien, el Señor nunca usará a una persona dominada por el pecado, ni podrá ejercer Su justicia. Una vez que se haya reconciliado con Dios, usted verá que una simple oración hecha en el Nombre de Jesús traerá la respuesta deseada. ¡Crea!

        Su hijo problemático puede convertirse en su alegría. Aunque usted y él estén en “números rojos”, cuando se rinda al Padre, le da la oportunidad de hacer realidad sus promesas. Sea el vínculo entre usted y su familia con el Señor, para que todos los de su casa también se salven (Hechos 16.31). Lo que Dios ha prometido no se cumplirá a menos que sea salvo y ungido con el Espíritu Santo. La obra estará completa cuando lo acepte en su vida. Hágalo.

        Con su salvación, el hijo que ahora es un problema llenará su alma de deleite. Así que no deje su decisión para más tarde. Ore ahora mismo, haciendo suyas mis palabras: “Padre, en el Nombre de Jesús, vengo a Ti para recibir el perdón de mis pecados. Confieso que me he equivocado, transgrediendo a través de pensamientos, palabras y acciones, conscientemente o no. Soy responsable de todo lo malo que me sucede a mí y a mi familia. Te doy gracias, Señor”.

 

        En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor! Te damos gracias por la victoria que acabamos de obtener. La persona que oró conmigo en este momento no vivía en paz, sino en gran angustia y confusión. Tus bendiciones estaban lejos de ella y de su familia, ¡pero ahora están todas en Ti!

        A partir de ahora, ella guiará a su hijo con la Vara, Tu Palabra. Ella necesita sabiduría y prudencia para conducir a la salvación no solo a este niño atribulado, sino también a toda la familia. Una vez convertida ella, ¡todos los suyos se entregarán a Ti!

        Ahora mismo, ella descansa en Tu amor revelado a través de Jesús. Nadie tiene que decir nada sobre ella y su familia, porque se producirá un gran cambio. Sus deseos se cumplirán y su alma quedará satisfecha. ¡Gracias, Padre!