CÓMO AMAR A DIOS

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2025-06-10 03:00:00
Amarás a Jehová, tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Deuteronomio 6.5
Uno de nuestros mayores errores, del cual nunca se nos advierte, ocurre en el acto de amar a Dios, porque esto no significa pasar todo el día diciéndole al Señor que lo amamos. Jesús explicó claramente el significado de amarle: «El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.» (S. Juan 14.21).
Dejando la parte humana a un lado, amemos al Señor como Él declaró en este versículo: buscando conocer Sus mandamientos, tenerlos y guardarlos. Debemos seguir esta dirección con todo nuestro corazón y alma, usando la autoridad dada por Dios. Hacer algo menos es posponer el amor del Hijo y del Padre por nosotros.
Cristo no nos engañó al decir que la prueba de que le amamos es cuando nuestro corazón se inclina hacia Él. No, eso es otra cosa y no tiene nada que ver con lo que Él instruyó. Si queremos ser personas que le aman con total entrega, necesitamos conocer cuáles son Sus preceptos y obedecerlos con fe y poder. ¡Esto es imprescindible!
Cuando nos hacemos los que no entendemos la guía de Dios sobre algo que debemos hacer por Él, dejamos de buscar Su rostro – la revelación de la Palabra – sin la cual nunca podremos llevar a cabo la voluntad del Señor. Nunca se deje engañar por las palabras del hombre, que, con labios suaves, viene a llamarle amado y otros términos aduladores. Mucho cuidado con los lobos vestidos de ovejas (S. Mateo 10.16).
Las personas traidoras no aman a Dios y son capaces de dañar a quienes son sinceros en su misión. Mire cómo Joab le habló a David: «Tú conoces a Abner hijo de Ner. No ha venido sino para engañarte, para enterarse de tus idas y venidas y saber todo lo que tú haces.» (2 Samuel 3.25). Entonces Joab envió a Abner de regreso, diciendo que tenía un mensaje para él, y lo mató. ¡Solo el Todopoderoso conoce las intenciones del hombre!
De la misma manera se comportó Amnón, hijo de David, cuando, habiéndose enamorado de su media hermana, engañó a su padre diciéndole que estaba enfermo, la violentó y se acostó con ella. Ella misma había dicho: «Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como un perverso en Israel. Te ruego pues, ahora, que hables al rey; él no se negará a entregarme a ti.» (leer 2 Samuel 13.1-39). Aquellos que siguen las sugerencias del diablo no piensan en las consecuencias y cometen locuras, trayendo escándalos a la Iglesia de Cristo. ¡Este rebelde causa gran tristeza a sus hermanos en el Señor!
La orden es tener los mandamientos y guardarlos. Tal vez usted sea hijo de uno de los más grandes siervos de Dios, como Amnón lo fue de David, pero si no sabe conducirse con prudencia, evitando el mal, las consecuencias serán terribles, como le ocurrió a Amnón a manos de su hermano Absalón. ¡Lo importante es servir al Señor con sinceridad y fidelidad!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
Dios mío! ¿Cómo entró el pecado en la casa de David Tu siervo? Recordamos la advertencia dada por el profeta Natán al rey: la espada no se apartaría de su casa. ¡Cometer adulterio es negarte como Señor de todo!
Por otro lado, si tenemos los mandamientos y los cumplimos, nunca seremos puerta de entrada para el mal en nuestra familia. Padre, Te pedimos que nos ayudes a realizar Tu obra con pureza y santidad. ¡Queremos amarte como Tú nos has amado!
Nuestro amor debe ser dedicado a Ti. Por eso, pedimos liberación de las tentaciones y perdón por los pecados que hemos permitido entrar en nuestros corazones. ¡La meta más grande es estar en Tu presencia!