Todo agricultor sabe lo eficaz que es tener trabajadores a su lado que le ayuden a plantar y cosechar los cultivos. En el pasado, los buenos agricultores podían cultivar con la ayuda de animales, que hacían el trabajo pesado. Hoy en día, potentes máquinas aran la tierra, preparándola para la siembra. Esto facilita la obtención de una cosecha abundante. La multiplicación de la semilla es fenomenal. Si no hay bueyes, el granero está vacío.

En la vida de quien tiene fe, estos bueyes simbolizan los testimonios de Dios mostrados en Su Palabra. Cuando el Señor le da a entender cualquier parte de la Biblia y usted lo cree, su corazón recibe la fe, que es la certeza de que la promesa anunciada le pertenece. Todo lo que tiene que hacer es creer y determinar que se cumplirá en su vida. Con la revelación del Creador, ¡puede hacer cualquier cosa!

El ganadero sabio compra terneros bien criados y los prepara para hacer el trabajo cuando se conviertan en toros bien entrenados. Ve que su tierra recompensa la inversión realizada, ya que la producción está garantizada. Del mismo modo, si recibe muchas promesas en la vida, cosechará muchas alegrías. ¡Haga de la revelación del Señor los trabajadores que le ayudarán!

El Todopoderoso, la Verdad en persona, quiere enviarle colaboradores y hacerle comprender Su forma de actuar, así que no desprecie nunca la oferta del Cielo. Dios está encantado de ayudarle a iniciar su camino para convertirle en una persona feliz y dichosa. ¿Por qué rechazar la bendición? Aceptarla no le costará nada ni le causará dolor, pero apartará el mal de su camino para siempre.

El Señor promete enviar Sus testimonios para fortalecer su corazón y empujarle a demostrar la grandeza de Su obra. Así que siga las indicaciones de la Palabra. Dios puede curar cualquier dolencia, siempre que siga las enseñanzas prescritas en la Biblia. El Altísimo concede abundancia de riquezas a todos los que confían en Él y le son fieles.

Uno de los ejemplos de personas que obtuvieron una gran cosecha es Isaac, el hijo de Sara y Abraham, que nunca habría nacido sin la obra del Señor. Abraham tenía 100 años y Sara 90 cuando nació su heredero. En Gerar, la tierra de los filisteos, la actual Franja de Gaza, Isaac sembró y ese mismo año cosechó cien veces más de lo que había sembrado, un beneficio del diez mil por ciento. ¡Crea en el Dios de los milagros y Él hará lo que sea necesario!

El Altísimo le dará una cosecha abundante. Si confía en Él, la recompensa será abundante. Asuma lo que el Señor dice en Su Palabra. El siervo fiel es llamado por Dios socio en Su obra. Quien da crédito al Padre celestial entrará en la vida eterna y nunca saldrá de ella. Los salvados entrarán en el Cielo por la única Puerta: el Señor Jesús (S. Juan 10.9; 14.6).

En Cristo, con amor,

R. R. Soares