Desde la caída, el diablo ha entrado en el mundo y lo ha contaminado hasta tal punto que la gente ha llegado a vivir como él quiere. La misión del Evangelio es salvar a los perdidos, dándoles la curación de sus traumas, la solución a sus problemas y la vida eterna como premio final. Sin embargo, el enemigo ha logrado arrastrar a hombres y mujeres a su reino de terror. Cualquiera que actúe de forma vergonzosa puede convertirse en reo del sufrimiento eterno.

La moabita Rut, que se casó con uno de los hijos de Noemí y enviudó, pasó la prueba al no seguir a su cuñada Orfa, que también había enviudado y regresado a su país (Rut 1). Noemí, su suegra, puso a prueba a Rut, pero ella demostró ser diferente de Orfa, que miraba el presente y no el futuro. Rut permaneció al lado de su suegra, recogiendo las espigas sobrantes que dejaban los segadores para que los pobres pudieran comer. Demostró ser una sierva al darle de comer a Noemí (Rut 2).

Noemí reveló que Booz era el redentor, porque en la ley mosaica, cuando alguien moría, el pariente más cercano tenía que comprar la propiedad y casarse con la viuda. Booz tenía este derecho y lo utilizó. Le dijo a Rut: «Ahora, pues, no temas, hija mía; haré contigo como tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.» (Rut 3.11). Ella se convirtió en antepasada de David, que nacería de aquella unión, y también de Jesús (Rut 4.18-22). ¡El Señor es poderoso!

¡Vale la pena ser fiel a Dios y a su cónyuge! No podemos abandonar el plan de Dios. Quien lo haga y no regrese le irá mal en el tribunal de Cristo, o en el tribunal de la eternidad (2 Corintios 5.10). ¿Por qué vivir con el corazón en la mano? Un día puede morir sin que haya obtenido el perdón. Por supuesto, quien piense que su situación es diferente debe prepararse, porque el juicio de Dios será sin misericordia, pero como está prescrito en la Biblia.

El versículo clave que estamos estudiando habla de la mujer fiel y de la mujer infiel. El Altísimo quiere recuperar a los que han sido avergonzados, porque mañana puede ser demasiado tarde. El pecado los aleja del Cielo, les trae sufrimiento e impide la realización del estilo celestial en sus vidas. Las personas que se esconden no se dan cuenta del daño que se hacen a sí mismas. ¡Hoy es el día de decir la verdad!

Jesús tiene un plan para cada uno de nosotros. Fue a la cruz para librarnos de los azotes del diablo, que no se limitan a curar enfermedades. Cristo trajo el perdón de los pecados para hacernos victoriosos y caminar a Su lado (Colosenses 2.13-15). Nunca debemos dejar que el diablo nos oprima o nos disminuya con sus viles prácticas. Los salvados deben agradecer al Soberano del Universo por amarlos así.

La Iglesia es llamada la Esposa del Señor. Esto nos eleva a una posición especial ante todo lo que hay en la Tierra y en el Cielo. Dios nos enseña cómo vivir: «Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Su valor sobrepasa largamente al de las piedras preciosas.» (Proverbios 31.10). Si no actuamos de una manera que deleite a nuestro Padre celestial, ¿qué será de nosotros? Nuestro valor sobrepasa al de muchas piedras preciosas.

En Cristo, con amor,

R. R. Soares