CONDICIÓN YA CUMPLIDA

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2025-09-30 03:00:00
Así ha dicho Jehová, el Señor: El día que os purifique de todas vuestras iniquidades, haré también que sean habitadas las ciudades, y las ruinas serán reedificadas.
Ezequiel 36.33
Ezequiel provenía de una familia sacerdotal y probablemente, también era sacerdote. Cuando Jerusalén fue tomada por Nabucodonosor, este rey se llevó a la flor y nata de la nación a Babilonia. Después de un tiempo, Ezequiel comenzó a ser usado como profeta y adquirió gran importancia para el pueblo cautivo. En aquellos días, Dios declaró que un día purificaría de toda su iniquidad a los hijos de Jacob y que regresarían a vivir en su tierra.
Es evidente que el comportamiento de los israelitas no fue bueno, razón por la cual fueron llevados como esclavos a una tierra extraña e idólatra. Si los pecados se apoderan de nuestra mente, actuamos irracionalmente y el sufrimiento sin duda nos acechará. El diablo le da al hombre lo que cree una bendición, pero en realidad, es lo que puede alejarlo de la presencia de Dios y convertirlo en una marioneta en manos del maligno.
Pobre del quien forma parte del Cuerpo de Cristo y no se le enseña a distanciarse de todo lo que involucra al enemigo. En el matrimonio, el diablo no quiere ver a una pareja unida y económicamente segura, ya que esto perturba sus planes. El pastor debe recordar a la Iglesia que toda pareja pertenece al Reino de los Cielos; por lo tanto, ni el esposo ni la esposa pueden admitir un deseo equivocado en sus corazones ni cometer adulterio. ¡Dios lo ve todo!
Desafortunadamente, a muchas personas no les molesta observar a los demás y desear un romance. Ahora bien, Jesús dijo que quien codicia a alguien que no sea su cónyuge ya cometió adulterio: «Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón.» (S. Mateo 5.28). Tal persona no heredará el Reino de Dios (1 Corintios 6.10). ¡El Señor prometió purificarnos de la iniquidad!
En Su muerte en la cruz, Jesús fue al Infierno, y con la obra consiguiente que realizó al sufrir por nuestros pecados, nos da la seguridad de que la obra restauradora ha sido completada (S. Juan 19.30). Hoy, podemos ser liberados y santificados de toda iniquidad, para que seamos edificados como casa espiritual de Dios (1 Pedro 2.5). Los salvos deben aprender esto y buscar su liberación y restauración en Cristo.
Con el descenso del diablo a la Tierra, todo lo que teníamos en el mundo espiritual fue destruido, y el resultado fue que viviríamos separados para siempre del Señor. Sin embargo, ha llegado el día de creer en las palabras de Ezequiel y vivir ante el Padre como lo hizo Jesús. Si tenemos fe en el Altísimo, lo que nos pertenece experimentará un avivamiento completo. ¡Somos herederos de la obra de Cristo!
Ahora podemos vivir en prosperidad espiritual, lo cual impactará nuestro matrimonio y todas las áreas de nuestra vida. Este es el día para ser purificados por la fe, porque el precio de la redención ha sido pagado en su totalidad. Las ciudades serán habitadas y los lugares devastados serán reconstruidos.
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Señor, nuestro Purificador! ¡Qué bueno es saber que no esperas a que Tu Hijo regrese al mundo para limpiarnos de toda inmundicia! Lo haces para que los salvos sepan que ya no están bajo el dominio de Satanás. ¡Son libres!
Tu promesa es purificarnos de nuestra maldad, liberándonos de nuestros pecados y dándonos vida abundante. ¿Cómo tendremos esta vida si nuestras ciudades están en ruinas y sumidas en la miseria? ¡Ahora sabemos que la profecía ya se cumplió en Cristo!
Haces mucho más de lo que se ve a simple vista, y por eso nos alcanzan la vida, la sanidad y la misericordia. Que mis hermanos de todo el mundo aprendan que la obra de Tu Hijo, al derrotar al diablo, es real, y que todos deben entregarse a Él.