CONOCIENDO AL SEÑOR SALVADOR
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2025-11-13 03:00:00
Aun antes que hubiera día, yo era, y no hay quien de mis manos libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?»
Isaías 43.13
Dios es eterno; no tuvo principio ni tendrá fin. Es Omnipotente, Creador del Cielo, de la Tierra, de todo lo descubierto y de todo lo que aún no se ha revelado a nadie. Vivir junto al Señor es estar libre de tentaciones y sufrimientos. Él se reveló al mundo en la persona de Su Hijo, quien se encarnó para salvarnos. Sin Cristo, el hombre jamás conocerá al Altísimo. Estará perdido para siempre si no se entrega a Jesús.
Solo en el Cielo conoceremos plenamente al Padre, pues el pecado de Adán nos impidió ver al Ser que nos creó a Su imagen y semejanza. El sueño de Dios de crear a la humanidad se frustró cuando Adán despreció Su Palabra y comió del fruto prohibido. Nada mejor que volver a la comunión con el Señor; de lo contrario, ya estaremos perdidos. Escuche a Dios y comenzará a conocerlo.
En el Señor, no hay debilidad ni distancia que le impida actuar con todo Su poder. Él lo hace todo, en cualquier lugar, en menos de un abrir y cerrar de ojos. En Dios hay espacio para toda la humanidad, pero debemos nacer de nuevo para verlo. ¡Él es nuestro Garante! Cristo murió para recrearnos y hacernos hijos de Dios. Búsquelo en las Escrituras y su vida cambiará. ¡Sin Jesús, estamos perdidos!
Dios es Espíritu y habita en un lugar santo y seguro, pero también habita en quienes lo buscan para ser perdonados, recreados como una nueva criatura espiritual y cumplir Su voluntad en la Tierra (Isaías 57.15). Es necesario nacer de nuevo. Sin esta bendición, la humanidad nunca conocerá la luz (S. Juan 3). El nuevo nacimiento ocurre cuando se vuelve a Cristo para el perdón de sus pecados. Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, pasa a caminar con Dios.
Todo lo que se ha descubierto y lo que se descubrirá en los próximos años demuestra la existencia de un Creador, cuyo poder transforma la vida de las personas, sin importar el grado de maldad en el que se hayan visto envueltas. Por eso, Jesús mandó a Sus discípulos que fueran por el mundo y predicaran la Buena Nueva a todos. Quienes creen en Cristo son salvos, nacen de nuevo, pueden llamarlo Padre y vivir en Su presencia ahora y después de la muerte.
Quienes alcanzan la redención viven junto a Dios sin sufrir las tentaciones ni otros problemas que asolan a la humanidad (1 Juan 5.18). Pero cuidado: esto solo sucederá si viven por fe y no por deseo. Por lo tanto, debemos meditar en la Palabra, para que la fe entre en nuestros corazones y, entonces, podamos actuar como el Salvador y participar en Su plan redentor para recuperar a los que se han perdido.
Caminaremos con el Padre por medio de Jesús y en Su nombre. Sin Él, no hay nada para nosotros. Cristo vino como hombre para rescatarnos de las manos del diablo. Antes de regresar al Cielo, nos dio poder sobre las asechanzas del diablo. Podemos reprender a los malos espíritus y expulsarlos de las personas (S. Lucas 10.19). Si Cristo no lo lleva al Padre, usted estará perdido para siempre (S. Juan 14.6).
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Dios Todopoderoso! Es bueno comprender quién eres para nosotros y lo que podemos recibir de Ti. No queremos permanecer en la oscuridad, sin la certeza de la vida eterna. ¡Escucha a quienes piden perdón y Te confiesan como Señor, en la persona de Tu Hijo Jesús!
Que Tu Palabra se abra a nosotros, para que podamos contemplarte en la belleza de Tu Hijo y, con Él, servirte verdaderamente. Te agradecemos el gran favor que nos has hecho al enviar a Cristo para salvarnos y a Tu Espíritu Santo para acompañarnos en la vida.
¡Anelamos ser usados por Ti! Así, aprenderemos a cumplir cada vez más Tu propósito. En el mundo no tenemos esperanza, pero en Tu Hijo tenemos la luz de la vida. Que podamos guiar a los perdidos a Tus pies. Sentados ante Ti, ¡Te conoceremos!
