¿DE QUÉ MANERA, SEÑOR?

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2025-07-26 03:00:00

De la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad también vosotros en él. 


Colosenses 2.6

Este versículo es la respuesta a las peticiones de muchas personas que oran para no abandonar el buen Camino. Cuando presencian discusiones sobre las completas y santas determinaciones de la Biblia, tienen dudas sobre cómo deben proceder. El Espíritu Santo ha dado esta breve pero profunda enseñanza: debemos caminar en Jesús tal como nos ha sido revelado. Cuando oímos la Palabra en el principio, la fe en Cristo entró en nuestros corazones.

Algunos nunca han sabido acerca del Dios Creador; a otros les han enseñado que Él no existe y que todo ya estaba formado en el Universo. Algunos no entendieron lo que oyeron sobre el Ser que hizo todas las cosas, pero otros sí. Así que estuvieron de acuerdo con la narración tal como la oyeron. Era como si ya conocieran la Biblia.                                                     

Cuando recibimos a Jesús como Salvador, tenemos la sensación de haber conseguido lo que buscábamos sin que supiéramos lo que era. Esta es la diferencia con alguien que se ha sentido atraído por una religión y la ha abrazado porque le gustaba el ambiente o el ritual. Con el Evangelio es diferente, porque cuando creemos en la Verdad revelada sobre Cristo, una paz maravillosa inunda nuestra alma (S. Juan 14.27). ¡Esto es transformador!

Con inexplicable sencillez, recibimos al Salvador en nuestro corazón, entonces termina la batalla interna que estábamos enfrentando, y pronto viene la bonanza. Entonces, cuando vengan otras luchas enviadas por el enemigo, nuestro entendimiento será diferente del pensamiento de otros tiempos. Después de todo, tenemos la certeza de que somos amados por Dios. En esta sencillez, el Espíritu Santo nos inspira a seguir sirviendo al Señor. No podemos retroceder ni un milímetro (Hebreos 10.38).

Después de la salvación, nos sentimos mejor que antes, porque la confianza que ha entrado en nuestros corazones no nos permite dar puñetazos al viento (1 Corintios 9.26). A diferencia del pasado, sabemos lo que queremos y adónde vamos. Con Cristo, nuestras vidas tendrán éxito, porque tenemos fe y el poder de deshacer cualquier embestida del maligno (S. Lucas 10.19). No hay nada mejor que sentir y ver a Dios obrando. Después de todo, ¡en Él somos más que vencedores!

Los héroes bíblicos del pasado actuaban así, demostrando una fe firme que nunca antes se había visto. A los verdaderos creyentes en Jesús no se les ve por su aspecto exterior -llevar ropa cara, conducir coches caros o vivir en un barrio de rico-, sino por su testimonio de tranquilidad y humildad. Incluso los cristianos ricos se alegran de ayudar a los que tienen pocos conocimientos de la fe. ¡Cristo nos satisface!

Siga caminando en Cristo como lo encontró. El miedo ha desaparecido, y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento ha llenado su ser (Filipenses 4.7). Ahora aquella persona de mal genio ya no existe. La persona salvada se vuelve mansa, se doblega ante la Verdad y no resuelve las cosas con violencia. Así es como Dios quiere que actúe. ¡Ser cortés con todos se convierte en algo normal!

 

        

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares

La Oración de Hoy

Señor, ¡nuestro Modelo! Vemos en Tu Hijo cómo debemos ser. Eso no significa que nos quedemos quietos. Siendo reyes para Ti, como dice la Sagrada Escritura, nunca seremos flojos o irresponsables. Venceremos por amor a Tu Nombre.

Nunca dejaremos que el enemigo nos atrape en pensamientos religiosos. Buscaremos lo que Tu Biblia dice de nosotros. Somos Tus agentes en el mundo, ¡así que nos mantendremos firmes en Tus declaraciones y Te honraremos!

Caminando por el Camino abierto por Tus pies, nunca tropezaremos ni dejaremos que el enemigo nos desvíe de la Ruta trazada en Tu Palabra. Determinamos que las operaciones del enemigo en nosotros y en nuestra familia serán deshechas. Padre, ¡aquí somos Tus agentes!