DIFERENCIA ENTRE El JUSTO Y EL MALVADO

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2025-07-28 03:00:00
La obra del justo es para vida; el fruto del malvado es para pecado.
Proverbios 10.16
Hay una diferencia absoluta entre dos grandes personajes de la historia: Jesús y Satanás. El propio Salvador habló de ello, llamando ladrón al diablo: «El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.» (S. Juan 10.10). Lo que dice la Biblia nunca cambiará, porque es la Palabra del Justo, el Creador de los Cielos, de la Tierra, de nuestras vidas y de todo lo que hay en todas partes.
Cuando elegimos a una persona sin el temor de Dios, podemos esperar un aumento de situaciones equivocadas, porque las acciones de los malvados, incluso si tratan de hacer algo bueno, conducirán a un final desastroso. Quienes carecen del Espíritu Santo no tienen forma de resistir a las órdenes del enemigo. La misión de la Iglesia no es la política, ni propagar lecciones de moral, sino hablar del amor de Dios.
La Sagrada Escritura dice que el mundo está en una trayectoria descendente hacia los peores tiempos que están por venir, porque está bajo el maligno: «Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.» (1 Juan 5.19). Entonces, ¿tenemos que quedarnos sentados y esperar lo peor? ¡No! Tenemos que ir por todas partes, proclamando la Buena Nueva de lo que Jesús ha hecho por la humanidad, para que todos se conviertan. Cada persona que acepta a Jesús ayuda a que su país mejore.
Si el muchacho y la muchacha que están saliendo con el deseo de casarse ven que son muy diferentes, porque uno está entregado al Señor, asiste a la iglesia y, por sus actitudes, se muestra siervo de Dios, y al otro le gusta las cosas de la carne, sus pensamientos son de violencia y no muestra respeto por nada, ese matrimonio no debería celebrarse. El que es de la fe no hará nada malo, pero el otro, aunque asista a la iglesia, atenderá a su naturaleza malvada.
Mientras el uno actúe como siervo del Señor, se complace en hablar del Evangelio y ora antes de tomar decisiones, teniendo éxito, el otro, aunque tenga un buen empleo y recursos económicos, llevará al siervo de Dios al sufrimiento. Nunca se deje llevar por el corazón; vele y ore, porque, como enseñó el Maestro, los impíos suelen actuar con más prudencia que los salvados: «Y alabó el amo al mayordomo malo por haber actuado sagazmente, porque los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.» (S. Lucas 16.8).
El converso necesita despojarse de la filosofía del mundo; al fin y al cabo, fuera del Reino de Dios, lo único que importa es llenarse los bolsillos, comer y beber, vivir y, un día, morir. Para el salvado, es importante estar en la presencia del Padre, porque sabe que, si hace algo malo, responderá ante el justo Juez. El cristiano fiel rechaza cualquier cosa que le aleje de la felicidad del mundo venidero. El malvado puede hacer cosas buenas, pero sus buenas obras no le garantizan el Cielo (Efesios 2.8).
¿De qué sirven las producciones de los malvados si el Señor declara que los llevarán al pecado, y el pecado los llevará a los brazos de Satanás? Debemos pensar en la vida eterna y no en las cosas del mundo. Jesús dijo: «Entrad por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella.» (S. Mateo 7.13). ¿Por qué entregarse al placer de la iniquidad, cuando la santidad es mucho mejor?
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Señor de la mejor vida! Que Tus siervos tengan presente que la peor decisión es aceptar las ofertas del diablo. No podemos ni pensar en el error, no sea que caigamos en las mentiras de Satanás. ¡Deseamos ser Tus siervos, Padre!
Clamamos para que las personas tomadas por el pecado sean alcanzadas por la Verdad y salgan del cautiverio que las conducirá a los sucios sótanos de las tinieblas. Los salvados estarán siempre a Tu lado en el Reino del amor y de la luz. ¡Ilumina a los engañados!
Ya hemos tomado el mejor camino, líbranos de la tentación. Nunca más nos dejaremos llevar por las transgresiones. ¡Te damos gracias por salvarnos y santificarnos! Quien Te ama nunca será arrebatado de Tus manos. ¡Amén!