DIOS QUE VE EN LO SECRETO

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2025-03-05 03:00:00

Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.


San Mateo 6.6

El Señor no siempre recibe nuestras oraciones como tales, sobre todo cuando hay cosas en nosotros que no tienen razón de ser. Si no fijamos nuestra atención al hablar con Dios, no haremos nada con los errores que debemos confesar y abandonar definitivamente. No estaremos orando, sino solo tratando de aliviar el dolor de nuestra conciencia. Orar es conectarse con el Padre a través de Su Palabra y escuchar de Él cómo actuar para ponerle fin al pecado (Salmo 139.23-24).

No hay mejor lugar para orar de verdad que nuestra propia casa, con la seguridad de que nadie oirá ni grabará nuestras palabras. Cuando hable con el Padre, deje lejos de usted su móvil para que otras personas no oigan su oración. Nunca juegue a hablar con Dios y vuelva a la práctica del pecado (Gálatas 6.7-8). Jesús dijo: Cuando ores. Esto significa que no siempre estamos orando. Solo clame si está seguro de que obtendrá la respuesta, esto es bíblico (Santiago 4.1-10).

Entrar en su cuarto es la instrucción del Señor. El lugar donde descansa es el lugar bendito para abrir el corazón y hablar con Él de todo lo que le molesta y de las tentaciones que quieren llevarle al pecado. En el ambiente en el que descansa su cuerpo, puede hacer lo mismo con su alma. Cuando se acueste, permanezca en la presencia del Creador hasta que llegue el sueño sin pensar en el pecado (Salmo 3.4-5; 4.8). ¡Conságrese a Dios!

Cierre la puerta para que los demás no escuchen lo que le dice al Señor. Nuestra comunión con el Cielo debe ser diaria, para que estemos siempre en la presencia de Dios y lejos del diablo y sus tentaciones. Usted decide si su vida será un infierno o si caminará con el Altísimo. Sea inquebrantable en su fe en Cristo frente a las ofertas malvadas. Para dejar de pensar en los errores, es necesario velar y orar (S. Marcos 14.38).

La boca de un cristiano nunca debe orar a ningún otro ser, solo a Dios. Él es nuestro Padre y el único capaz de liberarnos de las tentaciones. El Todopoderoso ve el corazón de cada uno y sabe quién no quiere hacer la voluntad del enemigo. En su habitación, busque la presencia divina hasta que su corazón se regocije. Así que, oremos bíblicamente como enseñó Jesús. No use nunca vanas repeticiones, pero sea firme (S. Mateo 6.7-13).

El cristiano ora a Aquel que ve en lo secreto, Dios Padre. Presente sus peticiones y sus derechos, y la Palabra se lo revelará. Nunca ceda ante las mentiras del enemigo; de lo contrario, el Altísimo no escuchará su clamor. Orar con dudas no le ayudará en nada (Santiago 1.6-8). Alabe y hable con el Señor hasta que la alegría del Cielo llegue a su interior y, en un impulso santo, ordene que el mal salga.

Ahora Dios sabe si usted es sincero o no. Entonces exija que el sufrimiento se retire, determinando que no regrese jamás. Después de hacer lo correcto, agradézcale por la bendición y alábelo por lo que le ha dado. ¡El Padre celestial ama al que practica la justicia y exige sus derechos!

 

         En Cristo, con amor,

 

         R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Amado Señor! Teniendo Tus promesas y decididos a cumplirlas en nuestras vidas, venimos ante Ti para apropiarnos de todo lo que nos pertenece en Cristo Jesús. ¡Queremos orar hasta que nuestras peticiones sean escuchadas!

¡Clamamos en secreto, en nuestro cuarto, en Tu presencia! Lo que más deseamos es vencer para glorificar Tu Nombre, y podemos decir que tenemos Tu ayuda. ¡Mientras sigamos Tus enseñanzas, Tú nos responderás!

Bajo Tu dirección, haremos Tu voluntad, trabajando por el bien de la humanidad y de Tu Reino. Envíanos a los perdidos para que sean alcanzados por Tu gracia; Así harás de ellos un pueblo que Te ame y Te sirva. ¡Rogamos por Tu poder!