Observar cómo el Padre nos trata confirma que vamos por buen camino, mejorando nuestras obras y acercándonos a las mismas hazañas que Jesús realizó durante Su ministerio entre nosotros. Nuestro objetivo es imitar las acciones que Él realizaría si estuviera en nuestro lugar. Los salvos nunca deben ceder al miedo ni a la tentación, pues fueron apartados para llevar a cabo los planes establecidos por el Padre con Su sabiduría incomparable antes de la creación.

Somos parte de un proceso sublime, puro y santo, y no podemos permitir que el diablo nos use para obstaculizar el propósito de Aquel que es perfecto en todo, incluyendo la omnisciencia y la voluntad. El privilegio pertenece al hombre, creado con el poder incluso de nombrar todas las cosas, capaz de componer hermosos poemas, componer canciones que conmueven el corazón y realizar las mismas obras que el Hijo, tan perfecto como el Padre, hizo y sigue haciendo.

No se deje engañar por el enemigo, que quiere arrastrarle a las profundidades de la perdición. Fue creado digno y llamado a la santidad, así que rechace cualquier intento del diablo de arrebatarle de las manos del Señor. Sea siempre agradecido al maravilloso Dios que le creó a Su imagen y perfección. Así, vivirá libre de todo mal. El Todopoderoso le usará para llevar a cabo Su hermoso plan, incluso si ha cometido pecado.

El arrepentimiento nos da la oportunidad de empezar de nuevo, sin cometer errores. Con él, obtenemos la gracia divina, suficiente para elevarnos y encaminarnos por el buen camino. ¡Qué maravilloso es dejarle a Dios el control de nuestras vidas! Así, conocemos Su gran amor y Su bendita obra en nosotros. La mayor decisión del Todopoderoso a su favor es darle la oportunidad de reiniciar su vida y andar con rectitud ante Él.

Observe lo que Dios le muestra en Su Palabra y verá que Él se anticipa a su favor, mostrándole cosas maravillosas que usted perdería o le costaría conocer y amar. Nuestro Padre es perfecto y más grande de lo que podemos imaginar. Él es todo lo que necesitamos para que vivamos plena y gloriosamente. Si hay problemas en casa o en el trabajo, es porque no seguimos la guía del Señor.

Dios nos concede Sus revelaciones para que nada nos falte ni tengamos dificultad en responder al diablo ante Sus ataques. Estamos conectados con el Creador por el Señor Jesús y Su Palabra, por lo que nunca podemos ceder a la mentalidad de derrota, que dice que no se puede hacer nada más. Debemos meditar en las Escrituras; así, nuestros corazones se fortalecerán, reprenderemos el mal en el nombre de Cristo y este desaparecerá.

Los discípulos descubrieron que la Palabra tiene el poder de dar a los perdidos la luz necesaria, con la cual todas sus obras se realizarán con precisión. Por lo tanto, medite siempre en lo que Dios dice y se convertirá en un buen colaborador del Señor. ¡Permita que el Padre celestial use su vida a partir de ahora!

En Cristo, con amor,

R. R. Soares