DISCURSO IRRESPONSABLE

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2022-07-15 03:00:00

«Así ha hablado Jehová de los ejércitos: Este pueblo dice: “No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.”»


Hageo 1.2

Hay quienes insisten en decir que "la voz del pueblo es la voz de Dios", pero esto está muy lejos de la verdad. El Señor se hace oír en la revelación de la Palabra y en el corazón de los que le obedecen. Juzgar cualquier cosa, y especialmente referirse a la fecha en que la Casa del Señor debe ser construida, es para aquellos que caminan en Su presencia y reciben la clara y precisa revelación del Cielo. De toda palabra ociosa daremos cuenta. (S. Mateo 12.36)

Sólo el Altísimo conoce los tiempos y las estaciones que ha establecido con Su propio poder. De forma poco entusiasta, los discípulos trataron de averiguar con Jesús el momento en que el reino sería restaurado en Israel. El Maestro respondió: No os toca a vosotros saber los tiempos o las ocasiones que el Padre puso en su sola potestad (Hechos 1.7). Deje que el Señor entregue las revelaciones. ¡Apéguese  sólo a lo que Él dice!

Muchas veces, familiares queridos y bienintencionados nos dificultan con sus gestos de amor y amistad, diciéndonos cómo debemos actuar. Ahora bien, los que viven por la fe buscan conocer la voluntad de Dios y deben esperar hasta que Él les revele Su plan. Sin embargo, estos familiares nuestros nos dicen a menudo que ciertas cosas deben ser a su manera. ¡Cuidado con los consejos vanos!

Se le reveló al profeta Hageo que el pueblo estaba entrando en un camino peligroso. Al decir que aún no había llegado el momento de edificar la Casa de Jehová, estas personas corrían el riesgo de obstaculizar la construcción del templo. ¿Y de quién sería la culpa? Cuando no tenemos la definición de Dios sobre cómo proceder, necesitamos gritar; después de todo, sin ayuda de lo Alto, tropezaremos. Sólo Él puede revelarnos cuándo y cómo cumplirlo (Eclesiastés 8.5-6).

Los años de exilio estaban terminando, y miles de personas ya habían regresado a Israel, pero muchos no habían mantenido la comunión con el Señor. Por lo tanto, no sabían qué decir de la obra. De los que fueron al cautiverio, la mayoría había muerto, y los que eran jóvenes cuando partieron hacia Babilonia volvieron muy avanzados en edad. Hageo, por lo que leemos en el capítulo 2, versículo 3, era considerado un centenario. ¡Afirme algo sólo si Dios se lo revela!

Sea comedido, dejando que el Espíritu Santo le enseñe todo, para que no diga algo fuera del propósito de Dios. ¿Quiénes eran ellos para que opinara sobre un asunto de tal magnitud? Deje que el Altísimo dirija Su obra, mientras nosotros nos dedicamos a vivir en Su presencia. Sin Él no somos nada, pero con Su ayuda podemos hacerlo todo (S. Juan 15.5). ¿Qué dice?

Cuando seguimos la dirección del Cielo, tenemos la posibilidad de hablar lo que es 100% correcto. Sin embargo, si no vivimos ante el Señor, la probabilidad de cometer un error es grande. Con temor y temblor, hacemos su bendita voluntad, para que Él sea magnificado en TODO en nuestra vida. ¡Dios es nuestro verdadero Amigo! ¿Cree usted?

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios, nuestro buen Maestro! Debemos reconocer que caminamos sin sentir Tu toque. Por esta razón, nunca podemos aventurarnos a dar indicaciones a nadie. ¡Pero, en Cristo, tendremos la Palabra sazonada por Ti, que ayudará a los perdidos!

Incluso como hijos Tuyos, sólo podemos afirmar que algo viene de Ti, si hemos escuchado Tu voz autorizándonos a hacer tal declaración. ¡Rogamos que sólo salga de nuestra boca la verdadera solución para los que están sin rumbo!

Que podamos caminar en comunión Contigo, dando prioridad a Tu guía. De Tu boca sólo salen cosas buenas para nosotros y para los demás. Anhelamos Tu cobertura de poder sobre nosotros. Estaremos en oración, firmes en la Palabra. ¡Amén!