DONES MINISTERIALES

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2025-11-02 03:00:00

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.


Efesios 4.11

Al edificar Su Iglesia, el Señor Jesús, Arquitecto del Universo, usa sabiduría para elegir a las personas que guiarán a los perdidos al arrepentimiento, quienes formarán el grupo de los salvos, llamados miembros de Su Cuerpo. Cristo toma esta decisión con discreción y maestría, ya que el diablo ataca a quienes están a cargo de la obra de Dios, trayendo todo tipo de tentaciones y problemas. Siempre es bueno orar por los líderes de la iglesia.     

Nunca menosprecie a alguien que está empezando la obra de Dios en algún lugar, liderando el trabajo. Si alguien intenta retrasar la edificación de la casa de oración, sufrirá las consecuencias. Fíjese, cuando el Señor elige a algunos para apóstoles, los usa para delinear las pautas para la congregación. Un apóstol no es ni mayor ni mejor que quienes tienen otros dones ministeriales, ¡pero debe ser respetado por todos!

El segundo don mencionado en el versículo es el de profeta. Este recibe de Dios lo que debe ser revelado a la iglesia. Nadie puede llamarse profeta de la obra a menos que realmente tenga la unción para hacerlo. Es cierto que cualquier persona llamada al ministerio de la iglesia es capaz de ser utilizada en todos los dones, en caso de que aún no haya un titular para alguno de ellos. ¡Todos los ministros necesitan ser humildes!

El tercer don es el de evangelista. Este siervo sabe guiar a las personas a los pies del Señor, siendo bueno y perfecto al ministrar los beneficios obtenidos por Jesús: salvación, sanidad y otras bendiciones obtenidas por la fe. Algunos son llamados a cumplir este rol de gran importancia para el avance y el fortalecimiento de la congregación. Una iglesia que no crece está condenada al aislamiento, pero Dios da el crecimiento (1 Corintios 3.7).

El texto bíblico también menciona el don de pastor, el cual es sumamente importante para que la obra desarrolle y produzca los hijos necesarios para el Señor, según Su dirección. El pastor vela por los miembros de la iglesia, se interesa por sus vidas y busca estar rodeado de ellos. A través de esto, la iglesia se estabiliza y progresa. El Todopoderoso nos guía a comprender que Su voluntad es infinitamente mejor que cualquier cosa que provenga del hombre. ¡Dios es la Verdad!

Finalmente, las Escrituras hablan del quinto don: el de maestros. Son elegidos por Jesús para enseñar Su Palabra, instruyendo a los fieles sobre la doctrina cristiana y las promesas del Nuevo Testamento, guiándolos a servir al Rey eterno. Quienes no reciben la Verdad viven en decadencia. Imaginen a una familia numerosa donde todos trabajan, pero solo uno mantiene el hogar: están condenados a sufrir penurias.

Es el Salvador mismo que cuida de Su pueblo, guiándolos al conocimiento de todo lo que la Biblia dice sobre la misión de los salvos. Donde hay buena enseñanza de las Escrituras, la gente es feliz y vive en satisfacción. Sin embargo, donde no se conoce la Verdad, hay confusión y se practican todo tipo de pecado sin límites. ¡Ser santo es ser salvo!

 

En Cristo, con amor,

 

    R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Padre, Edificador de la Iglesia! ¡Qué maravilloso sería si todos los salvos fueran enseñados por Ti, a través de los dones dados a Tu pueblo! ¡Veríamos iglesias vivas, poderosas y amorosas, dando a los perdidos razones para querer ser parte de ellas!

El mundo vivirá mejor si dejamos que el Espíritu Santo nos enseñe la Verdad. Por lo tanto, sería fructífero si los dones ministeriales se otorgaran a siervos responsables, que se preparen para dejarte hablar a través de ellos.

El mundo espera más de los salvos por Jesús: su mejor testimonio, confirmado por señales, prodigios y milagros. ¡Es bueno servirte, Señor! ¡Aquellos que Te aman, contando con buenos mayordomos entre ellos, serán personas agradables delante de Ti!