DOS RAZONES PARA SER FELIZ

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2023-12-17 03:00:00

Porque tu misericordia está delante de mis ojos y ando en tu verdad.


Salmo 26.3

Las personas que escuchan la predicación del Evangelio pronto se dan cuenta de que en Sus enseñanzas está el secreto que las hará vencedoras. Por eso, a tiempo o fuera de tiempo, debemos hablar del amor que creó todas las cosas y nos hizo renacer en Cristo. Hoy no tenemos excusa para ser infelices; al fin y al cabo, la salvación proporcionada por Jesús nos ha comprado para el Padre y, con ella, nos hemos convertido en herederos de Dios y coherederos con Cristo. ¿Necesitamos algo más?

Al aceptar a Jesús como Salvador, usted puede y debe recurrir a Él en cualquier situación. Así declaró el Señor: Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. (S. Juan 14.13). Este pedir en el griego original, idioma en el que fue escrito el evangelio de San Juan, significa más que pedir, significa determinar, exigir y apropiarse de lo que es suyo. ¡Crea y reciba!

Cuando los salvados se dan cuenta de que deben vivir de la Palabra, meditando en ella para saber lo que les pertenece, pueden emitir inmediatamente el decreto de posesión y creer en la realización de la obra. ¡Eso es actuar por fe! Lamentablemente, sin embargo, la mayoría de los cristianos aún no han aprendido esta dinámica y viven por debajo de la línea del éxito. Jesús ni siquiera oraba a favor de los enfermos, sino que, al ver que tenían fe, ordenaba que fueran curados, y así sucedía.

Mientras proclamaba la Buena Nueva en la ciudad de Listra, el apóstol Pablo miró a un hombre cojo de nacimiento y vio la fe que tenía para que fuera curado. En vez de pedir a todos que le ayudaran en la oración, ordenó la curación, y el cojo quedó sano: Éste oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos y viendo que tenía fe para ser sanado,  dijo a gran voz: —¡Levántate derecho sobre tus pies! Él saltó y anduvo. (Hechos 14.9-10). ¡Cualquiera que crea puede hacer lo mismo!

Todavía estamos en nuestra infancia en la fe, pero si empezamos a examinar la Palabra de Dios con un corazón abierto, avanzaremos hacia un conocimiento pleno de la Verdad. Los salvos necesitan hacer esto, de otra manera fallaran en hacer lo correcto y morirán inmaduros en el reino espiritual. Despierten a la Verdad, abandonen el miedo y sean usados por el Altísimo, como Él ha enseñado. ¡El error siempre estará en el hombre!

El Señor dijo que podemos actuar como Él: De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él también las hará; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre (S. Juan 14.12). Jesús no habló de hipótesis, sino de algo real, dando toda garantía. Dijo: “¡Hará!”. Si usted cree en Él, demuéstrele su amor haciendo lo mismo que hizo Cristo. ¡Libérese de las tentaciones ahora!

Ponga la misericordia del Señor ante sus ojos, y no mire atrás como la mujer de Lot. Contemple al Autor y Consumador de su fe, Jesús (Génesis 19.26; Hebreos 12.1-2). Entonces caminará en la Verdad del Altísimo, como dice el salmista que le sucedió a él. La misericordia es la esperanza bondadosa de Dios de lo que hará en Jesús. ¡Así que camine en la Verdad!

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Querido Dios! Debemos caminar en Tu Verdad, y eso es lo que haremos ahora. Ya no seremos una vergüenza para nosotros mismos ni para los que confían en nosotros. ¡Queremos hacer las mismas obras que Cristo!

Con Tu bondadosa esperanza ante nosotros, leeremos la Biblia y recibiremos Tus revelaciones, que guiarán nuestros pasos. Acudiremos a Ti y Te alabaremos en el Nombre de Tu Hijo. ¡Fuimos salvados para honrarte!

Debemos ser más humildes, dejando que Tú crezcas mientras nosotros disminuimos. Nunca podremos tocar Tu gloria, sino mostrar a todos lo valioso que es formar parte del Cuerpo de Cristo. Ahora tenemos tres razones para ser felices: ¡amarte, honrarte y servirte!