EL COMIENZO DEL PATRIARCADO DE ABRAHAM

2024-04-26 03:00:00

 Tomó, pues, Abram a Sarai, su mujer, y a Lot, hijo de su hermano, y todos los bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán. Llegaron a Canaán.


Génesis 12.5

Abraham había decidido hacer la voluntad del Altísimo. Si hubiera sido uno de los débiles de este mundo, cuando su padre murió en Harán, se habría dado por vencido o se habría tomado un descanso para ver cómo salían las cosas. Los que son llamados amigos de Dios se dedican a hacer todo lo que Él les da como misión: Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. (S. Juan 15.14). ¡Ser útil al Señor es un gran privilegio que no debemos desperdiciar por nada!

En verdad, siempre habrá razones para posponer el cumplimiento de la obra de Dios. El diablo es un maestro en intentar "ayudarnos", a tener pena de nosotros mismos o hacernos creer que nadie caminará con nosotros. Por eso Cristo nos advierte que no dudemos en hacer Su voluntad: —Ninguno que, habiendo puesto su mano en el arado, mira hacia atrás es apto para el reino de Dios. (S. Lucas 9.62). ¡El Maestro no nos dejó la opción de no servirle!

           Nuestro patriarca en la fe tomó a Sarai, su esposa, y juntos iniciaron la jornada propuesta por el Todopoderoso hacia Canaán. Abraham no tenía la experiencia de su padre, pero sabía que Dios nunca le abandonaría. Debe haber orado a Dios para que su mujer estuviera con él en esta etapa. Lo mismo deberíamos hacer nosotros por los que vienen a nuestro lado en cualquier tarea encomendada por el Señor. ¡Ser responsable de los obreros es bueno!

Abraham tomó a Lot, su sobrino, bajo la protección divina, concedida para proteger a quien estuviera a su lado. Por supuesto que el amor del patriarca por el hijo de su hermano fallecido era grande, pero ser miembro de la misión del Todopoderoso era más importante. Aquellos a quienes el Señor ha enviado para ayudar en la obra deben ser mantenidos en oración. Después de todo, ¡somos un grupo unido por Dios!

El patriarca también se quedó con todas las tierras que había adquirido cuando aún estaba en Ur y Harán; al fin y al cabo, durante el tiempo que permaneció allí, Dios le bendijo multiplicando sus posesiones. No deje que se desperdicie lo que se le ha añadido, porque un día puede necesitarlo para el Reino de los Cielos. Su fidelidad pasa por la iglesia donde dio sus primeros pasos en la fe y aprendió a servir a Dios de forma bíblica. Este principio se ve en el siguiente mandamiento: Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. (Éxodo 20.12). Entonces, ¿qué me dice?

Las almas agregadas al patriarca en Harán fueron instruidas por él acerca del temor de Dios. En aquellos días, había hombres y mujeres comprados en el mercado, que pasaban a ser propiedad de las familias. Algunos servían al Señor de todo corazón, como el que fue enviado a la familia de Abraham para conseguir una novia para Isaac (lea Génesis, capítulo 24). ¡El siervo que participa activamente en la obra de Dios tiene valor!

Porque eran temerosos de Dios, Abraham, Sarai y Lot abandonaron Harán para dirigirse al lugar ordenado por el Altísimo. El que tiene el amor de Dios en el corazón sabe que debe cumplir su vocación. Para ello, debe orar para saber dónde ir, dónde quedarse y cómo proceder. ¡Dios está al mando!

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios, a quien servimos con amor! No podemos permitir que nada se interponga entre nosotros y Tu llamada. Sabemos que llegaremos hasta el final y seremos promovidos a la gloria por Ti. ¡Nada que venga del enemigo nos impedirá servirte!

Del grupo original, solo una persona no llegó a Canaán: el patriarca Taré, que pasó sus días sirviéndote. Pero llegó el momento de Abram, cuyo nombre cambiaste por Abraham, padre de muchos pueblos cuando aún no tenía el heredero adecuado. ¡Él creyó!

Creemos que llegaremos donde Tú nos has dirigido, haremos Tu obra y descansaremos en Tus brazos para siempre. Te suplicamos que nos des Tu poder y Tu unción para que no Te defraudemos. ¡Líbranos de las tentaciones y las trampas!