EL HIJO DEL OFICIAL DEL REY IBA A MORIR

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2020-07-16 03:00:00
Fue, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había en Capernaúm un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo.
San Juan 4.46
Por donde pasaba, Jesús escuchaba a las personas. Por eso, al saber que podían acercarse a Él, los enfermos, o los que tenían enfermos en casa, iban al Maestro para que Él los tocase. Cuando iban al encuentro de Cristo, eran atendidos. Igualmente, si hoy vamos a Jesús con fe no seremos confundidos, porque Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13.8). El que crea en Él nunca se decepcionará.
Jesús fue a Caná de Galilea bajo la orientación del Padre. El que se deja guiar por el Espíritu, al ir hacia algún lugar, debe creer que dará solución a los problemas que existan allí. Como siervo del Omnipotente, esté preparado para ministrar la Palabra a los necesitados. Después de todo, se nos ordena realizar la obra tal y como lo hacía el Hijo de Dios. ¡El poder del Evangelio no disminuye!
Esa era la segunda vez que se haría una buena obra en aquel lugar. La presencia del Salvador pondría fin a las dificultades de los afligidos que estaban allí en busca de ayuda. Esta es la voluntad de Dios: que llevemos Su Palabra donde están os oprimidos y, con ella, Su poder libertador. Donde Se encontraba Cristo, el poder divino curaba, liberaba y hacía otros milagros. ¡El que cree actúa igual que el Señor!
El que transformó el agua en vino de la mejor calidad también tiene poder para hacer del agua el mejor medicamento que nunca haya producido el hombre. Pero, la mayor parte de las veces, Jesús usaba otros métodos para actuar. Él es el Señor cuyo poder realiza lo que sea necesario. Por eso, no debemos “limitarle”, porque solo Él conoce los medios que nos traerán paz y una conclusión victoriosa para nuestras adversidades.
En aquella ocasión, en seguida surgió una gran oportunidad de que Jesús usara el poder recibido del Padre celestial. Llegando a Caná, un oficial del rey, cuyo hijo estaba muriendo en Capernaúm, se dirigió al Maestro y Le pidió socorro. El que halla al Señor es atendido en ese mismo momento. Por lo tanto, no pierda nunca la oportunidad de estar donde Cristo actúa, que es en todos los cultos, en la iglesia. Quizá el oficial del rey estaba en Caná de servicio o, quién sabe, Dios lo hizo ir allá porque el Maestro pasaría por la ciudad. El motivo de que estuviera allí no importaba, sino lo que Jesús hizo por su hijo. Igualmente, dondequiera que esté, cuando se entere de que hay una reunión de poder, vaya con fe. ¡No hay duda de que, si el Señor envió a alguno de los Suyos para que esté allí, atenderá las oraciones que Le hagan!
La distancia entre aquel oficial y su hijo podría no ser tan grande hoy, pero quienes viajaban a pie o a lomos de un animal, tardarían algunas horas o días. Pero el problema del hijo era mayor que la capacidad del hombre de curarle. No importa el problema, sino la fe usada para orar, pedir y creer en la respuesta. Dios nunca le despedirá con las manos vacías.
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Dios! Tú tienes el poder de hacer en nosotros lo que necesitamos. Por eso, delante de Ti, suplicamos Tu auxilio y Te agradecemos Tus maravillosos hechos a nuestro favor. ¡Estamos seguros de la respuesta!
En Caná de Galilea, Tu Hijo probó que Le complacía poner fin a nuestras aflicciones. Llegamos con la confianza de que seremos atendidos. ¡Tus habilidades siguen siendo las mismas, porque nada en Ti disminuyó!
En cualquier lugar al que vayas encontrarás gente con los más distintos males. Pero, con la autoridad que posees, todos pueden ser liberados si creen en Tu Palabra. ¡Eres maravilloso y bueno! ¡Amén!