EL HOMBRE CRUEL
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2025-01-09 03:00:00
Habló Saúl a Jonatán, su hijo, y a todos sus siervos, para que mataran a David; pero Jonatán, hijo de Saúl, amaba mucho a David.
1 Samuel 19.1
Es incomprensible cómo un hombre elegido por Dios para ser rey de Israel pudo ceder ante el demonio y atentar contra la vida de un héroe como David, que había derrotado al gigante de los filisteos (1 Samuel 17). Sin duda, lo que Saúl se propuso hacer demostró que el maligno lo había poseído. Muchas personas, por no guardarse, han sido tomadas por las tinieblas y por eso son capaces de atrocidades.
Parecía una broma de mal gusto, pero iba en serio. Saúl se reunió con su hijo Jonatán y sus siervos para ordenar la muerte de David. ¿Por qué hacer esto si David no había hecho nada contra él? Sin duda, Saúl lo veía como un fiel siervo del Señor que podía ascender al trono de Israel. El rey creía que solo sería sustituido por su primogénito. Lo que le importaba no era el bien de la nación o a quién elegiría Dios, ¡sino su hijo en el poder!
Jonatán y los siervos del rey se vieron obligados a aprovechar la oportunidad para borrar del mapa a quien el Señor amaba. Una persona con el alma atormentada se fija en lo que cree que es lo correcto. Según la mente de Saúl, solo había una forma de librarse del espíritu atormentador: matando al joven que se dedicaba a liberar a su pueblo de las manos de sus enemigos. ¡El Salvador vendría de David!
Los hijos de Dios pueden mantenerse firmes en Sus promesas, porque ningún plan del Infierno los arrancará de las fuertes manos del Todopoderoso (Job 42.1-2; S. Juan 10.29). Las fuerzas del mal no tocarán nada de los que ponen su fe en el Redentor (1 Juan 5.18). Hasta el día de hoy, ni un solo cabello ha caído de los que sirven al Señor con firmeza y voluntad. El diablo puede esforzarse por destruirnos, pero ni siquiera conseguirá causarnos sufrimiento. ¡Dios es nuestra justicia en acción! (Salmo 48.10)
Algunos de los siervos del rey podrían estar dispuestos a tocar al ungido del Señor. Sin embargo, no podían hacer nada para matarlo. ¿Por qué habría de triunfar el odio sobre el templo del Espíritu Santo? El Señor cuida de los Suyos, pues la Biblia dice: ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? ¡Aunque ella lo olvide, yo nunca me olvidaré de ti! (Isaías 49.15).
David había sido ungido rey de Israel en una ceremonia privada celebrada por el profeta Samuel en la casa de Isaí (1 Samuel 16). Esto le daba la garantía de estar protegido por el poder divino. Mientras no se corrompiera, David estaría protegido por las manos del Señor. Los intentos de matarlo simplemente no funcionarían, porque el número de sus días se cumpliría, como decía la Palabra. No hay nada mejor que servir a Dios con alegría, ¡y era lo que él hacía!
El plan de Saúl solo se paralizó porque Jonatán estaba muy unido a David. Dios siempre tienen una manera de ayudarnos, siempre y cuando le sirvamos de todo corazón. Pronto veremos a Jonatán intercediendo por David. Muchos amigos oran por usted e interceden ante el Altísimo para que le libre de toda tentación. ¡Aquellos que aman a Cristo son Sus amigos! (S. Juan 15. 14.15).
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Señor de nuestras vidas! ¿Cuántas veces Te herimos con las tentaciones que entran en nuestra mente y las decisiones que tomamos como resultado? ¡Padre, líbranos de planear el mal contra alguna persona!
Saúl quería matar al que Tú habías preparado para que Te sirviera por completo, para que fuera Tuyo en todo lo que pensara o hiciera. A través de este elegido, David, libraría a Israel. ¡El rey ni siquiera pensó en el pecado que cometería si siguiera atentando contra la vida a David!
Muchos han sido víctimas de una maldad similar. Al querer que David fuera asesinado y olvidado por el pueblo, Saúl demostró que estaba en manos del diablo. Dios, guía a Tus elegidos. ¡Que permanezcan en Tu presencia!