En primer lugar, Dios explica que muchos imponen pesadas cargas a los que creen en Él, a saber, doctrinas y directrices que tienen su origen en la mente de los hombres. Éstas son opresivas, porque proceden de personas que andan en la deshonestidad y se complacen en afligir a los demás. Cuando utilizan la truculencia física o espiritual, dominan a las personas para aprovecharse de ellas. Pero como Jesús lo sabe todo, Él ve toda clase de maldades que nadie más ve.

La insensatez de algunos va más allá del límite de lo que será perdonado o no. Toda la Biblia enseña sobre la sabiduría del cielo: Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos. (S. Juan 2.24). Cometen muchos errores los que nunca han temido a Dios, pero otros lo hacen por placer, conscientemente. La situación se vuelve más difícil para ellos. El Señor solo perdona mediante el arrepentimiento (S. Lucas 17.3-4).

Tratar de ocultar algo al Señor es imposible, porque como somos, existimos y nos movemos en Dios, Él lo sabe todo (Hechos 17.28). La Biblia dice esto sobre la Palabra, Jesús, el Verbo: La palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que toda espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4.12). ¡Prepárese para encontrarse con Él!

A las personas que no conocen al Señor, pero que están dispuestas a enseñar acerca de Él, les gusta vestir ropas «santas» para que los simples crean que son enviadas de Dios para hacer Su voluntad. Jesús dijo, en el versículo que estamos estudiando, que la gente así hace su trabajo para ser vista, admirada y adorada por los hombres. Cuando usaron estas y otras mentiras, mostraron su propósito: ¡engañar y esclavizar a los incautos!

Está demostrado que el hombre es místico por naturaleza, dominado por viles pasiones y diversos males. Cuando comienza la mala conducta, si no hay arrepentimiento, el final será oscuro (Romanos 1.18-32). La Inquisición fue creada en Nombre de Dios, sin embargo, esta alejó a muchos cristianos del amor del Padre. Entonces empezaron a torturar a inocentes y a matarlos por pura maldad. ¿Cómo estarán estos y sus herederos en el Juicio Final? ¡Que los que aún viven obtengan misericordia!

Para complicar aún más las cosas, los sacerdotes adoptaron filacterias -amuletos y pedazos de tela- creyendo que contenían poder sobre los espíritus impuros y las maldiciones. ¿Por qué se desconectaron de Dios y se unieron al diablo? Bueno, si el misticismo fuera algo divino, Jesús no habría hecho la afirmación del versículo básico de este mensaje. A las mentiras creadas, se añadieron otras, ¡para que el engaño se perpetuara!

Los sacerdotes judíos solían ensanchar las filacterias de sus mantos, pero esto no debería ocurrir nunca. Lo que hay que ensanchar y rasgar es el corazón del hombre ante el Cielo, para que Dios pueda obrar en él y a través de él (Joel 2.13). Actuar de forma similar a estos religiosos es aceptar el abismo, y la Biblia dice que un abismo llama a otro (Salmo 42.7). De repente, ¡todo el contenido será alterado!

        En Cristo, con amor,

        R. R. Soares