EL SÍ DE DEL PACTO

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2025-08-13 03:00:00
Se levantó Jacob de mañana, y tomando la piedra que había puesto de cabecera, la alzó por señal y derramó aceite encima de ella.
Génesis 28.18
La lucha de Jacob comenzó en el vientre de su madre. Después de que Rebeca quedara embarazada de gemelos, se libró una batalla en su vientre. Los hijos luchaban entre sí, por lo que la madre le preguntó a Dios por qué. La respuesta del Señor mostró que la disputa entre los hermanos era mayor de lo que ella había previsto, y nuestra salvación dependía de la victoria que el Altísimo concediera a uno de ellos, el que se convertiría en el primogénito. Esaú ganó la disputa, pero Rebeca no se conformó.
En su indagación, Rebeca oyó: Y Jehová le respondió: «Dos naciones hay en tu seno, dos pueblos divididos desde tus entrañas. Un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor.» (Génesis 25.23). Antes de que alguien juzgue al Señor por lo que ha dicho, es importante recordar que las cosas no reveladas le pertenecen (Deuteronomio 29.29). ¡Recibiremos la respuesta del Cielo cuando lleguemos allá!
Estudiando el contexto del versículo resaltado, vemos que Jacob huía de la presencia de Esaú, pero para mí, la amenaza del primogénito a su hermano menor no era más que una forma de que Dios condujera a Jacob a Harán, la tierra de su abuelo Abraham. Allí, necesitaba encontrar a las hermanas Lea y Raquel para que formara su descendencia (véase Génesis, capítulo 29). Nosotros no conocemos las razones de lo que nos sucede, pero Dios sí. Ahora bien, si el Todopoderoso está al frente de Su obra, ¿para qué intentar comprender lo que ocurre por el camino? ¡El Padre sabe cómo guiarnos!
La piedra que Jacob usaba como almohada cuando se acostaba a dormir tenía un propósito en el Reino de Dios, al igual que la que Moisés golpeó dos veces en el desierto, actitud que le impidió entrar en Canaán. La Biblia dice: Y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía. Esa roca era Cristo. (1 Corintios 10.4). ¡Nadie se casa con alguien por casualidad y luego le odia!
Felices son aquellos que, incluso en medio de las adversidades, oran y esperan en el Señor, recordando la Palabra que recibieron y de la que no se separaron. Estas personas saben que, al final de los tiempos, serán recompensadas y tendrán un lugar asegurado en el Reino de los Cielos. Por otro lado, los inconsecuentes se lamentarán para siempre. Por lo tanto, no importa cuánto sufra por el peso que lleva o la vergüenza que enfrente, vaya hasta el final. ¡La bienaventuranza le pertenece!
El aceite —la unción— sobre la piedra era la confirmación del pacto propuesto por el Altísimo. Con ella, Jacob tendría acceso al Señor en momentos de necesidad. Crea en la Palabra de Dios y sea feliz ahora y eternamente. La obra que el Señor ha puesto ante usted es más importante que las riquezas y los placeres del mundo. Formar parte del plan eterno de redención de la humanidad es su parte en la vida eterna.
Dios siempre dará más a los que sepan serle fieles hasta la muerte (Apocalipsis 2.10), porque el amor del Padre le ha elegido para que sea Su socio en Su obra. ¿Quiere más que eso? No existe tal posibilidad. Todo lo que haga sin dirección celestial será poco. Sin embargo, siguiendo el mandato del Todopoderoso, llegará a ser uno con Él.
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Dios de la Roca eterna! Queremos beber de la Roca sobre la que Tu pueblo caminó hacia Canaán. Así comprenderemos Tu propósito y formaremos parte de él con la alegría que procede de Ti, que eres nuestra fuerza. Ayúdanos a rechazar lo que va contra Tu voluntad.
Queremos ungir la Piedra de nuestro pacto Contigo, porque cuando estemos en peligro, bastará recordar que participamos del Pacto mayor, la de las buenas obras. Entonces, en lugar de luchar contra todo y contra todos, ¡descansaremos firmes en Tu Pacto!
Todas las cosas ayudan a bien de los que Te aman, y son llamados y guardados por Ti. No nos dejes caer en las trampas del enemigo, pues no podemos ser excluidos de Tu Reino. ¡Tu Pacto es eterno, verdadero y operante!