EL SÍ DE LA FIEL TAMAR

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2025-08-14 03:00:00

Cuando Judá los reconoció, dijo: «Más justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a mi hijo Sela.» Y nunca más la conoció.


Génesis 38.26

La historia de Tamar es fenomenal. Demostró ser alguien que caminó cerca de Dios y, por tanto, se convirtió en antepasada del Salvador. Quien camina con Jesús y se esfuerza por cumplir Sus mandatos formará parte del plan divino para los que temen y hacen Su voluntad. El Cristo que vendría casi dos mil años después tuvo que pasar por Tamar. Sin embargo, como había sido engañada por su suegro, tuvo que utilizar algunos trucos para llegar a lo que el Señor había planeado para la humanidad.

Esta historia comenzó cuando Judá, uno de los hijos de Jacob, se alojó en casa de Hira, un adulamita. Allí vio a la hija de Súa, cananea, y se casó con ella (Génesis 38.1-2). Me imagino que su error al casarse con esta joven hizo que sus hijos no tuvieran el respeto necesario por Dios, porque esta mujer no habría podido transmitirles las enseñanzas del Señor.

Del matrimonio de Judá nació Er, el primogénito, que se casó con Tamar. Según la Palabra, este muchacho era malvado, por lo que Dios lo mató. Entonces, en cumplimiento de la Ley, en un intento de tener descendencia, ella tuvo que casarse con Onán, el hermano menor de su marido muerto. Como evitaba tener hijos, Onán tampoco se salvó y murió. Esto nos muestra que la finalidad principal del matrimonio es dar hijos a Dios, a los que llama Sus herederos: Herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. (Salmo 127.3). Como los dos hijos de Judá se negaron a producir la herencia del Señor, firmaron su propia sentencia de muerte. El propósito divino nunca debe ser despreciado.

Cuando Tamar enviudó por segunda vez, oyó de su suegro Judá: Permanece viuda en casa de tu padre, hasta que crezca mi hijo Sela. (Esto dijo pues pensaba: «No sea que muera él también, como sus hermanos.») Tamar se fue y se quedó en casa de su padre. (Génesis 38.11). Sin embargo, Sela ya era mayor de edad, y ella no le fue dada como esposa. Así que Tamar creó en secreto una situación sin decírselo a Judá.

El Altísimo no acepta el engaño contra nadie, y mucho menos contra una persona pura y cumplidora de las Escrituras. Como a Dios no Le agradaba la actitud de Judá de no cumplir su palabra, le hizo saber a Tamar que su suegro iba a Timnat a trasquilar las ovejas. Ese era el momento oportuno para actuar. Así que se quitó las vestiduras de viuda, se vistió como una prostituta, se cubrió el rostro con un velo y se dirigió a aquella ciudad. Su suegro, que también era viudo, la encontró y se acostó con ella.

Tres meses después, Judá se enteró de que su nuera estaba encinta y dijo que era digna de muerte por haber deshonrado la viudez. Cuando llevaban a Tamar a la hoguera, ella le mostró la prenda que le había dado como garantía de pago, revelándole que su suegro se había acostado con ella. Al reconocerla, Judá la llamó más justa que él. Tamar dio a luz a Fares y Zara (lea el capítulo 38 de Génesis).

Más tarde, la elección de gobernar al pueblo de Dios recayó en la tribu de Judá, que estaba empezando. La tribu de Rubén había perdido este derecho por su acto insensato, como declaró Jacob: Impetuoso como las aguas, ya no serás el primero, por cuanto subiste al lecho de tu padre; entonces te envileciste, al subir a mi lecho. (Génesis 49.4). ¡Rubén sufrió una gran pérdida! Debemos andar como enseña la Biblia, no sea que suframos la pérdida eterna (Apocalipsis 3.11). ¡Debemos velar y orar!

 

 

En Cristo, con amor,

 

    R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor! En el pasado, la gente hizo grandes esfuerzos para que Jesús viniera a la Tierra. En obediencia a Tu Palabra, Tamar se humilló vistiéndose de prostituta para que, a través de esta descendencia, viniera Tu Hijo al mundo. ¡Te damos gracias por honrar a los fieles!

Cuántos casos se ocultan para que el Evangelio no sufra el ultraje de quienes no Te sirven. Tu Palabra garantiza que Tus siervos nunca serán avergonzados, sino protegidos en la misión que se les ha encomendado.

Ninguno de Tus planes será dejado de lado; al contrario, lo que Tus ojos han visto saldrá a la luz. Lo que el hombre no comprende le será revelado si ora. El diablo nos tienta para derribarnos, ¡pero Tú eres perfecto en hacer lo correcto!