EL VERDADERO OBJETIVO

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2025-08-23 03:00:00

Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.


San Juan 17.3

La definición de vida eterna que el Señor Jesús da es nueva, difícil de entender, pero es la verdad en su manifestación final. En resumen, Él nos guió a conocer al Padre tal como es: el Dios verdadero. Parece simple, pero si al menos nos acercamos a lo que significa conocer al Padre y al Hijo, tendremos éxito en la obra realizada por Cristo y nunca dudaremos del Dios al que servimos.

Tras resolver el asunto del becerro de oro hecho por Aarón, cuando Moisés estaba con Dios en el monte Horeb, el pueblo se corrompió al experimentar las costumbres de los malvados que aún vivían en Egipto. Estas actitudes de los hebreos entristecieron al Señor, quien decidió no subir con ellos a tomar la tierra de las naciones reprendidas por Sus caminos indignos y pecaminosos. Sin embargo, el Todopoderoso enviaría un ángel, y esta mala noticia los entristeció (Éxodo 33.4). ¡La mala decisión estaba tomada!

Dios explicó por qué no subiría con ellos. Por la forma en que se comportaban, el Altísimo los destruiría, pues Él es santidad y fuego consumidor. Pues Jehová había dicho a Moisés: «Di a los hijos de Israel: “Vosotros sois un pueblo muy terco. Si yo subiera un momento en medio de ti, te consumiría. Quítate, pues, ahora tus atavíos, para que yo sepa lo que te he de hacer.”» (Éxodo 33.5). Ante esta palabra, el siervo de Dios intercedió por el pueblo.

Los hebreos no pudieron entrar en la Tierra Prometida porque aún no estaban preparados, al igual que nosotros no lo estaremos hasta que aceptemos a Jesús como Salvador y Señor. No hay manera de salvar a nadie de la muerte eterna a menos que se convierta y nazca de nuevo, que son las condiciones para entrar en el Reino de Dios. Jesús respondió: Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. (Juan 3:5). ¡Hágalo ahora!

Al comprender que Dios estaba decidido a no subir con Israel, Moisés actuó como abogado del bien, declarando: Pues bien, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca y halle gracia a tus ojos; y mira que esta gente es tu pueblo. (Éxodo 33.13). El libertador deseaba saber cómo conocer al Señor, y así hallaría gracia ante Él. Además, le pidió al Todopoderoso que tuviera compasión del pueblo.

Al examinar estos hechos, vemos que, sin conocer al Señor, nunca alcanzaremos la vida eterna. El Padre celestial desea revelarse a la humanidad, incluyendo a Egipto, que simboliza el error: Jehová se dará a conocer a Egipto, y los de Egipto conocerán a Jehová en aquel día. Harán sacrificio y oblación; harán votos a Jehová y los cumplirán. (Isaías 19.21). ¡Estamos cerca de un avivamiento mundial!

Pronto, los judíos tendrán los ojos abiertos, se convertirán a Jesús y serán buenos y ungidos evangelistas, usados por Dios de manera hermosa e inexplicable. Debemos esforzarnos por el cumplimiento de las profecías en todas partes. Nuestro tiempo es ahora; entonces, Israel conocerá verdaderamente a Aquel que hizo el pacto con Abraham.

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios de la vida eterna! Venimos a Ti para implorar Tu favor. Tu obra necesita Tu unción, para que la tierra tema y tiemble ante Ti. Nada nos impedirá proclamar la fe y la vida en Jesús. Entonces, diremos: “¡Maranatha!”.

Cuando el Evangelio del Reino se predique por todo el mundo y el poder de Tu Nombre se demuestre sanando a los enfermos y liberando a los cautivos, oraremos con firmeza, pidiendo el regreso de Cristo: “¡Maranatha!”.

Quienes desconocen la Palabra inventan mentiras para engañar a los desamparados y pobres. Sin embargo, nosotros proclamamos la solución a los problemas, la sanación de las enfermedades y la restauración de las vidas destrozadas que vagan por el mundo. Decimos: “¡Maranatha! ¡Ven, Señor Jesús!”.