ES TIEMPO DE HABLAR CLARAMENTE

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2025-08-20 03:00:00

Le dijeron sus discípulos: —Ahora hablas claramente y ninguna alegoría dices.

San Juan 16.29

La fe en Cristo es como un ser vivo: crece día a día hasta llegar a la edad adulta, y con cada paso, fortalece y realza la confianza en Dios. Quienes no han aceptado al Hijo de Dios como Salvador pasan por la iglesia sin darse cuenta de que nunca recibirán las bendiciones que los salvos disfrutan cada vez que oran. Al vivir fuera de las obras del Señor, no pueden creer en el Evangelio. ¡Deben convertirse!

De vez en cuando, en la iglesia, alguien despierta a la realidad del Señor y se regocija al usar su fe en Cristo y Su Nombre. Entonces, llega a conocer los misterios de la cruz donde el Salvador fue clavado. En este madero, sufrió nuestros pecados y rebeliones, así como los dolores, enfermedades y el castigo que nos trajo la paz (Isaías 53.4-5). Ahora, el Señor nos habla con claridad para que podamos apropiarnos de lo que Él compró para nosotros. Somos miembros de Su Cuerpo para siempre.

Todo cristiano debe aprender a meditar en las Escrituras para mantenerse firme como pueblo de Dios. Todos están invitados, pero algunos cambian el placer eterno por pecados que los avergüenzan y contaminan. No aceptar a Jesús como Salvador y Señor de su vida es la peor decisión que puede tomar. Puede que sea demasiado tarde, y no haya otra oportunidad para recibirlo y ser redimido. ¡Tome su posición junto a Él ahora mismo!

Es bueno escuchar al Señor hablarnos abiertamente; entonces, ya no dudaremos de Su voluntad. Cristo comenzó a preparar a Sus discípulos para que entren en la etapa en que la Palabra sería anunciada con claridad, cuando se dio cuenta de que podían entender el mensaje. No tardó en darles más revelaciones. Lo mismo nos sucederá a nosotros, así que entreguémonos a Dios en oración y obediencia. ¡Velar y orar son las instrucciones del Señor!

Debemos mantener nuestra comunión con el Padre; así, no interferiremos en Sus planes para nuestras vidas. Estamos en este mundo en el momento oportuno; por lo tanto, debemos esforzarnos por agradar al Señor con todo nuestro corazón. Un día, lo conoceremos como Él nos conoce (1 Corintios 13.12). Esta es nuestra meta: alcanzar la perfección. Sin embargo, incluso si no logramos esta meta en la vida, podemos vivir plenamente en el Señor y recibir Sus bendiciones.

Elías residía en Galaad, al igual que nosotros en un pueblo insignificante. Este profeta era una persona buena y sencilla, que buscaba conocer a su Creador para servirle fielmente. Dios lo llamó para reprender al rey de Israel. Puede parecer una locura, pero el siervo del Señor sabe que se convierte en la máxima autoridad en la misión que le ha encomendado el Cielo. Nunca tenga miedo de buscar la guía de lo Alto y cumplirla.

Al servir a Dios, uno mejora y comprende las revelaciones del Padre. Ahora bien, es bueno recordar: «Pero los afanes de este siglo, el engaño de las riquezas y las codicias de otras cosas entran y ahogan la palabra, haciéndola infructuosa» (S. Marcos 4.19). Estos son factores que obstaculizan enormemente la obediencia a Dios. Cuando permitimos que algo se interponga entre el Todopoderoso y nosotros, sufriremos un gran daño.

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Amado Señor! Aún vemos de manera invertida, como en un espejo, pero nos hablarás con claridad. Nuestras almas anhelan conocer la verdad desnuda, que viene con Tu amor y poder. ¡Entonces, realizaremos mejor la obra que nos has encomendado!

No hay nada mejor que escucharte hablar con transparencia, para que no dudemos de Tus instrucciones. Ayúdanos a hacer lo que has planeado para nosotros, y así, nuestra generación alcanzará el éxito.

Te agradecemos por revelarnos Tu propósito, dándonos Tu amor y Tu misericordia. No debemos temer nada, sino seguir cumpliendo Tu hermoso plan. ¡Tu amor es muy bien recibido en nuestros corazones!