ESTRATEGIA PERFECTA
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2025-11-26 03:00:00
Llegaron, pues, a Sísara las noticias de que Barac hijo de Abinoam había subido al monte Tabor.
Jueces 4.12
El llamado de Barac provino de Dios mismo, pero como él vació, negándose a aceptar las órdenes del Todopoderoso, Débora, la profetisa de Lapidot, lo mandó llamar para que le explicara por qué no quería luchar contra el ejército comandado por Sísara. Sísara representaba al temible rey de Canaán, quien dominaba toda la región y afligía a la nación de Israel de manera cruel y destructiva (Jueces 4.1-9). Barac condicionó su obediencia al Señor a la presencia de Débora con él en la batalla (v. 8).
En ese momento, Barac representaba un peligro para los cananeos, a pesar de no contar con un ejército bien equipado. Por otro lado, Sísara usaría toda su fuerza de combate (v. 3), pues no quería pensar que el pueblo de Dios lograría ni siquiera una pequeña victoria, para que el ánimo de los israelitas no se levantara y él tuviera que esforzarse más para seguir destruyéndolos. Así actúa el diablo cuando empezamos a buscar al Hombre de guerra: hace todo lo posible para intentar destruirnos.
Las autoridades suelen recurrir a personas que observaban a otras para transmitir información y perspectivas valiosas. En la vida cotidiana, siempre nos encontramos con personas que, sin razón alguna, hacen lo mismo. En aquellos tiempos, esto era inevitable, ya que, aunque las culturas cambian, los seres humanos siguen mostrando señales de ser como sus antepasados, actuando de la misma manera.
Barac pudo haber sido uno de los que se quejaban constantemente de la opresión cananea sobre Israel, y ciertamente, quienes querían complacer a Jabín le hablaron de quienes no se sometían a su tiranía. El pueblo de Dios había sido sumiso al rey de Canaán durante 20 años (Jueces 4.3). En verdad, los cananeos eran como espinas en el costado de los israelitas (Jueces 2.3), porque no actuaron como Dios les había ordenado, ocupando toda la tierra y desarraigando a sus habitantes (Deuteronomio 7.16); en cambio, los dejaron vivir allí.
La noticia de que Barac había llegado al monte Tabor desesperó al comandante cananeo y utilizó todo su equipo de guerra: 900 carros de hierro y miles de soldados preparándose para la guerra (Jueces 4.12-13). Este espíritu de aniquilación siempre ha estado presente en la Tierra, en quienes predicaron y aún predican la destrucción de los israelitas, afirmando que debían ser borrados del mapa. Sin embargo, la oscuridad nunca prevalecerá contra la luz (S. Juan 1.5).
Ningún soldado cananeo huyó del llamado de Sísara. Todos fueron a la batalla para dar a los descendientes de Abraham, amigo de Dios, el fin que deseaban. Simplemente no sospechaban que el Señor intervendría, luchando a favor de quienes le sirven. Para Sísara, en cuestión de horas, todo el grupo rebelde de Israel desaparecería. Poseía las armas que todos los mortales temían y creía que ganaría esa y otras batallas.
¡Pobres hombres malvados! Nunca imaginaron que nada humano podría derrotar al Señor, Creador de todas las cosas. En cuanto a los poderes del Infierno, no son nada comparados con la gloria divina. ¿Por qué luchar contra la Verdad y dejar de ayudar al pueblo que siempre saldrá victorioso? La derrota de Canaán ya estaba escrita en el Cielo.
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Señor! Tú ves hombres tramando guerra contra Tu ejército, y luchas para impedirles siquiera que inicien la batalla. Si lo hacen, su derrota será igual a la valentía que demostraron al provocarte. ¿Por qué no nos unimos a Ti?
¿De qué le sirvió a Jabín robarle a Israel durante 20 años y comprar armas que no Te derrotarían? Después de todo, cuando decides algo, lo que los malvados pensaron usar contra Ti y Tu pueblo resultará inútil. La mejor arma hecha por el hombre es como un juguete débil y mal hecho, que se hace añicos ante Ti.
Contra Jacob no vale agüero. Es inútil que los enemigos invoquen las fuerzas de un reino ya derrotado por Jesús en la cruz. En Su muerte y resurrección, nos redimió y nos dio la victoria completa. ¡Tu Nombre es y siempre será sobre todo nombre!
