INTERCEDIENDO POR EL IMPÍO

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2024-07-23 03:00:00

No concedas, Jehová, al impío sus deseos; no saques adelante sus pensamientos, para que no se ensoberbezca. Selah


Salmo 140.8

Todos los malvados merecen nuestras intercesiones y determinaciones, poniendo en acción el poder de Dios, porque corren el riesgo de condenarse eternamente. No podemos dejar de bendecirlos cuando estamos en oración, atando los embates del mal que actúan sobre ellos y ordenando que su dureza de corazón caiga por tierra (S. Marcos 11.23). Si no hacemos lo que tenemos derecho a hacer - utilizar el poder divino que se nos ha confiado para su bien-, irán de mal en peor. ¡Jehová es Varón de guerra!

David oró para que se frustraran los intentos de los malvados contra él. Como le odiaban, estarían en manos del salmista. Si esto sucediera, los sentidos de los malvados se embrutecerían aún más, y estarían lejos de ser perdonados y no se convertirían. Ahora, de los labios de estas personas solo salen cosas malas, a causa del espíritu que vive en ellas. Así que, si alguien intenta algo contra usted, ¡defiéndase, echando fuera el mal en el Nombre de Jesús!

Una de las instrucciones más hermosas de Dios es enviar regalos a los que le persiguen y quieren destruirle. Hablo un poco más de esto en mi libro Regalo, la dádiva que bendice a quien lo da. Es un manual capaz de convertir situaciones desagradables en buenos momentos. Los salvados no son conscientes de la autoridad que tienen: enviar regalos. No me refiero a los que suelen darnos los amigos en ocasiones especiales, sino a bendiciones destinadas a quien nos aborrece.

Los deseos de los que están lejos de Dios nunca son buenos. Quien se niegue a seguir al Señor, ciertamente camina con el enemigo y siempre toma decisiones contrarias a los buenos principios. Los malvados merecen nuestra atención e intercesión, así como el uso del poder concedido por Cristo sobre el dominio del maligno (S. Lucas 10.19). Dedique, pues, su tiempo de oración a ayudar a los que no pueden respirar el aire de libertad que hay en Cristo.

        Como siervo de Dios, use el Nombre de Jesús y exija que se disuelva todo el mal puesto por Satanás en el corazón de la persona que alberga odio mortal hacia usted, y que entre en razón (S. Mateo 15.19; 2 Timoteo 2.24-26). Usted es el único que puede bendecirlos. Ahora, al levantarse contra usted, se ha puesto bajo su autoridad para responder a sus prejuicios. Sin embargo, la Palabra nos enseña: No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres (Romanos 12.17). ¡Eso nos da la victoria!

Si permite que el mal enviado contra su vida siga adelante, no solo pagará la cuenta sin deber nada, sino que perderá la oportunidad de mostrar al adversario que la Palabra no lo dejará en sus manos, sino que liberará al que fue utilizado para causarle daño. Sea siempre un siervo en servicio, haciendo lo que Jesús haría en su lugar. Nunca deje que la obra maligna se apodere de usted, sino paralícela y expúlsela enviando regalos al ofensor.

Si no hace nada con el poder divino que se le ha dado, sufrirá agresiones y, además, el diablo hará que el impío se exalte y planee más acciones contra su vida. El siervo de Dios es el único que tiene autoridad sobre las malas intenciones, que, por cierto, ya han sido destruidas con la venida de Jesús al mundo (1 Juan 3.8c). ¡Viva por encima del mal!

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor de las misericordias! Queremos orar por los que nos odian y hacen todo lo posible e imposible para perjudicarnos. Pero como miembros de Tu familia de amor, ¡nuestras oraciones deben paralizar el mal y liberar a nuestros ofensores!

En Tu Nombre y ante Ti, ordenamos que los demonios que utilizan a estas personas para atacarnos sean atados, salgan de ellos y no vuelvan jamás. Gracias, Señor, ¡por la autoridad que nos has concedido!

El propósito de las fuerzas infernales en la vida de los malvados no prosperará. Estando unidos a Ti, somos todo lo que ellos necesitan para que vivan libres de la tentación. Padre, dales la libertad ya conquistada por Tu Hijo. Te damos gracias por utilizarnos y bendecirnos.