LA MAYOR CERTEZA DE LA VIDA
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2025-12-27 03:00:00
He aquí que viene con las nubes: Todo ojo lo verá, y los que lo traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán por causa de él. Sí, amén.
Apocalipsis 1.7
Entre todas las revelaciones de la Biblia sobre los días venideros, la segunda venida de Jesús es nuestra mayor certeza. Para aprender sobre cualquier tema, solo debemos consultar el Libro Sagrado, porque lo que Dios dice es 100% cierto y nunca fallará. El honor del Cielo estaría en juego si la segunda venida de Cristo fuera cancelada o no ocurriera. Él volverá como prometió (S. Juan 14.18).
Jesús vendrá con nubes de testigos, que son las palabras del Padre celestial sobre Su Hijo, como las que se oyeron después de Su bautismo en el río Jordán: «Y vino una voz de los cielos que decía: «Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia.» (S. Marcos 1.11), así como en el monte de la transfiguración: «Y vino una voz desde la nube, que decía: «Éste es mi Hijo amado; a él oíd.» (S. Lucas 9.35). Estos testimonios son prueba de que Jesús es el Hijo de Dios y que pronto regresará.
Una de las primeras profecías sobre la segunda venida de Cristo al mundo provino de la boca del patriarca Jacob: «No será quitado el cetro de Judá ni el bastón de mando de entre sus pies, hasta que llegue Siloh; a él se congregarán los pueblos.» (Génesis 49.10). Los salvos verán a Jesús, pues Él vendrá a buscarnos y a llevarnos a la casa del Padre, donde nos está preparando un lugar: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.» (S. Juan 14.2).
El regreso de Cristo será como la llegada de un ladrón, es decir, cuando nadie lo espera. «Pero sabed esto, que si el padre de familia supiera a qué hora el ladrón habría de venir, velaría y no lo dejaría entrar en su casa.» (S. Mateo 24.43). El apóstol Pedro confirmó: «Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo se derretirán, y la tierra y sus obras serán quemadas.» (2 Pedro 3.10).
Este regreso del Señor es esperado por los salvos, pero habrá llanto y desesperación para quienes estén a Su izquierda: «Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.» (S. Mateo 25.41). Los que estén a Su derecha heredarán el Reino de los Cielos (S. Mateo 25.34). ¡Prepárense para ser aprobados por el Señor!
¡Imaginen la agonía que se apoderará de los sacerdotes judíos que entregaron a Jesús a Roma para ser juzgado y condenado a muerte! Sabían que Cristo era verdaderamente el Hijo de Dios, el Mesías prometido por los profetas, y aun así conspiraron contra Él. Quienes lo cuestionaron y lo condenaron a morir en la cruz también se desesperarán. Ninguna aflicción será como la que alcanzará el corazón de quienes lo traspasaron. Podrían haber creído en Jesús, pues sabían quién era, pero aun así lo rechazaron (S. Juan 1.11).
Quienes se han desviado de la fe clamarán para ser salvos, pero no lo serán, porque ignoraron todas las advertencias y la invitación para seguir al Salvador con sinceridad hasta el fin. Estuvieron entre nosotros, pero optaron por ir contra la corriente y exponerse a la influencia del enemigo. Algunos mintieron desde el altar para que el pueblo se convirtiera, mientras que ellos mismos cedieron a toda tentación del rey de la mentira. ¡Misericordia!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Señor de la segunda venida de Jesús! ¿Cómo no amarte y dedicar nuestras vidas a Ti y a Tu obra? Cristo regresará y se llevará consigo a quienes Te temen y son hallados fieles. Pero nada será más triste que ver a quienes llamaste contados entre los perdidos por haberte negado.
En el grupo de Tu izquierda se encontrarán aquellos que resistieron la voz de Tu Espíritu y se negaron a volver a Ti, sino que se apoyaron en la carne. Tu invitación ha sido rechazada miles de veces, y por eso se desesperarán.
¡Ese Día será glorioso para los salvos! Los fieles están seguros que nunca serán avergonzados, pues esperan continuamente en Ti. En sus corazones, no hay la menor duda de que irán al hogar eterno contigo. ¡Ya han pasado de la muerte a la vida eterna!
