LA MORADA DEL SEÑOR

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2025-09-06 03:00:00
Jehová ha dicho: «El cielo es mi trono y la tierra el estrado de mis pies. ¿Dónde está la casa que me habréis de edificar? ¿Dónde el lugar de mi reposo?
Isaías 66.1
A través del profeta Isaías, vislumbramos una parte de la grandeza del Todopoderoso y comprendemos que construir una casa para Dios es imposible, ya que todo en el Universo está dentro de Él. El apóstol Pablo declaró: Porque en él vivimos, nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: “Porque linaje suyo somos.” (Hechos 17.28). Los templos que construimos son para que la gente los frecuente y sea bendecida; la Iglesia es la reunión de los salvos, no el templo en sí (1 Corintios 3.16-17).
El espacio sideral visto por el hombre, es el área vacía desocupada entre las estrellas. Según estudios, vivimos en una Galaxia compuesta por planetas, estrellas y otros cuerpos celestes, cuya suma llega a miles de millones. Sin embargo, los científicos afirman que el Universo tiene miles de millones de Galaxias, lo cual podría ser una hipérbole: una cifra gigantesca para describir el inmensurable tamaño del mundo que Dios creó. Según las palabras del apóstol Pablo en Hechos 17, todo esto se mueve en Dios.
¿Cómo podemos construir una casa para que el Todopoderoso entre y descanse, si el Creador mismo demuestra que no es necesario construir un templo para este propósito? Imaginen el llanto y la desesperación de quienes no creen en la existencia de Dios y afirman que les basta con comer y beber, porque mañana morirán. Hemos hablado del mundo material, que es pequeño comparado con el mundo espiritual. Es mejor esperar a conocer los misterios de Dios cuando estemos en el Cielo (Deuteronomio 29.29).
Lo que llamamos Cielo es la parte buena de las regiones espirituales, donde está el trono del Señor. ¿Quién es el hombre para desafiar al Creador? Solo los que se dejan llevar por la mentira pueden dudar de la existencia de Dios. Es bueno creer en las Escrituras, para que no seamos condenados por unirnos a Satanás, el principal mentiroso (S. Juan 8.44b; 17.17). ¡Cuán bueno es el Ser que todo lo creó y todo lo posee, y que se define como amor! (1 Juan 4.8). ¡Es una gran bendición ser parte de Él!
El Señor nos enseñó que debemos ser Su morada aquí, y en el Cielo viviremos para siempre lejos del tentador, de las mentiras y obras malas. Jesús dijo: —El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él. (S. Juan 14.23) ¡Qué privilegio es ser la morada de Dios! En esta declaración del Maestro, confirmamos lo que seremos en la eternidad.
La Sagrada Escritura habla más sobre nosotros: Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1 Pedro 2.9). ¡Qué hermosas declaraciones hace el Señor sobre nosotros a través del apóstol Pedro! Según la Palabra, fuimos creados para proclamar las virtudes de Cristo, quien nos llamó de las tinieblas a Su luz admirable. ¡Examínese y conságrese a Dios pronto!
Somos el pueblo elegido del Señor. Por lo tanto, el diablo no puede arrebatarnos de Su mano, como dijo Jesús: Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. (S. Juan 10.28). A quienes aún no son salvos, les aconsejo que acepten a Jesús como Salvador y Señor, se consagren a Él y prediquen Su mensaje.
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Dios de todas las cosas! Eres más de lo que podemos imaginar. Tu presencia está en todo el Universo, y todo se mueve en Ti. No podemos aceptar vivir separados de Tu cuidado. Necesitamos ser miembros del Cuerpo de Cristo. ¡Qué bendición nos has dado!
Te agradecemos por enviar a Tu Unigénito a morir en nuestro lugar, sufriendo nuestras iniquidades, transgresiones, dolores y enfermedades, y el castigo que nos trae paz. ¡Cuánto amor tuviste por los condenados a la muerte eterna!
No encontramos palabras para describirte, hablando de Tu gloria, Tu poder y Tu amor. Padre, somos Tuyos; nos moveremos y viviremos a Tu lado por Tu misericordia. ¡Ayúdanos a amarte y hacer Tu voluntad!