LA NEGLIGENCIA TRAE TEMPESTAD

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2025-08-31 03:00:00
Pero se levantó una gran tempestad de viento que echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba.
San Marcos 4.37
Cuando no le damos a Jesús el control sobre nuestras vidas, permitimos que el poder del mal nos ataque. Cristo es nuestro Señor. Al creer en Él, tendremos Su ayuda contra el diablo y sus ataques. Recuerde: los discípulos llevaron al Maestro a la barca tal como estaba, y esto creó una gran tempestad de viento. No se dieron cuenta de su error, pero Jesús encontró un cabezal, lo tomó y se acostó en la popa.
Muchos dicen no entender al Señor, afirmando que Él no los protege. Ahora bien, el error siempre está en nuestras acciones, que son inútiles porque no nacieron en el corazón del Maestro. Necesitamos permitir que Él nos diga cómo actuar, adónde ir o quedarnos donde estamos. En el nuevo nacimiento, otorgado en el momento en que aceptamos a Jesús, también recibimos el poder de ser hijos de Dios. (S. Juan 1.12).
No debemos temer a las tempestades ni a otras fuentes perturbadoras. Si nos mantenemos firmes en la Palabra, saldremos victoriosos de las malas situaciones que se nos presenten. Sin embargo, sin la guía divina, nada podemos hacer (S. Juan 15.5). Sin Cristo, es difícil liberarnos de las maldades del diablo, así como del sufrimiento que él inflige a los irresponsables. ¡Quien camina con el Señor siempre triunfará!
Las obras del diablo pueden traer grandes amenazas a los que no son de Dios. Sin embargo, los que invocan el nombre de Jesús encontrarán que vale la pena estar en Pacto con Él, pues Sus promesas se cumplirán plenamente. Nunca tema ni lamente su dolor. Simplemente crea en ver el poder del Señor manifestado a su favor. Cuando Él ve a uno de Sus amados ejerciendo sus prerrogativas en el Hijo, el Padre lucha por él.
La situación en la barca se volvió tan grave que las olas la cubrieron. Sin embargo, como los discípulos habían visto a Jesús calmar el mar en otras ocasiones, podían confiar en que el mal nunca triunfaría. Después de todo, ninguna calamidad le sobrevendrá al siervo de un Dios activo (Salmo 91.10). Tener la Palabra del Cielo obrando en su vida impide que las fuerzas de la oscuridad le alcancen y le dominen. Un cristiano solo cae cuando permite que el miedo invada su alma. ¡Crea!
En la próxima lección, estudiaremos un poco más sobre la actitud de los discípulos, quienes no consideraban al Maestro como el Señor capaz de paralizar los dardos de fuego del maligno. Ante su indiferencia, Cristo no pudo hacer nada; así que se durmió sobre un cabezal. Si lo hubieran respetado, no habrían experimentado esa lucha ni ningún otro tropiezo. Más tarde, al darse cuenta de su incapacidad para resolver la situación, despertaron al Salvador, y Él les dio paz.
Parecía que la barca se hundiría al llenarse de agua. Incluso con Jesús a bordo, las olas amenazaban con volcarla, pero el Hijo de Dios actuó y llegó la calma. Esto nos muestra que, incluso en situaciones imposibles, basta con orar y creer para ver la acción de Dios.
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Dios, nuestra Esperanza! Es bueno conocerte y hacer Tu voluntad, para dar a todos los oprimidos por el diablo la liberación que viene de Ti. De hecho, ¡los afligidos necesitan alcanzar este punto de fe en Cristo para recibir ayuda!
No importa qué tipo de viento sople contra nosotros, ni cuánto el poder del mal pueda hacer, el cristiano arraigado en Tu Palabra siempre recibe la solución a sus problemas, pues está equipado con el Nombre de Jesús para reprender cualquier amenaza. Al estar bien Contigo, ¡venceremos y Te alabaremos!
Nunca podemos temer a los ataques del diablo, porque Tú actúas y nos libras de ellos. Fuimos salvos para ser Tu Iglesia, que no teme a ningún dardo envenenado del reino del mal. ¡Nos regocijamos en el poder del Nombre de Cristo!