LA RESPUESTA A LOS DESVIADOS

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2025-07-07 03:00:00
Por cuanto ofrecisteis incienso y pecasteis contra Jehová, y no obedecisteis a la voz de Jehová ni anduvisteis en su Ley, en sus estatutos y en sus testimonios, por eso ha venido sobre vosotros este mal, como hasta hoy.»
Jeremías 44.23
Nada sucede por casualidad. Como dice la Palabra de Dios: «No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará.» (Gálatas 6.7). Independientemente de que su mente lo acepte o no, el Creador de todas las cosas es responsable de la ley de la siembra y la cosecha. Lo que le sucede hoy es el resultado de lo que sembró en el pasado. Así que, si siembra buenas semillas, cosechará buenos frutos mañana.
Judá formaba parte del reino de David, pero las autoridades y el pueblo decidieron vivir como las demás naciones, y el resultado fue malo, como dijo Jeremías. El reino del Sur sembró malas semillas, quemando incienso a los «dioses» - demonios - de los pueblos paganos (1 Corintios 10.20). Como resultado, la cosecha llegó inesperadamente. Como consecuencia, irían a Babilonia y allí se convertirían en esclavos, y así sucedió. ¡Vuélvase al Señor y verá qué bueno es!
Los habitantes de Judá no solo quemaban incienso, sino que desobedecían a Dios en todo, por lo que fueron al cautiverio. Ellos verían cuánto le había dolido el corazón al Altísimo cuando los entregó en manos de Nabucodonosor. Aprenderían que el yugo del Señor es mejor que el yugo del hombre. Revise su conducta y no se deje influir por el maligno. De lo contrario, usted se convertirá en siervo del malvado. En otras palabras, su jefe será Satanás. ¡Cuidado!
Todo lo malo le sucedió al reino del Sur porque dejaron de seguir la ley del Señor, cediendo a la tentación de ignorar la voz del Altísimo. Por eso fueron sometidos al rey de Babilonia. Si hubieran escuchado al Altísimo, habrían sido bendecidos y dueños de su propia casa (Isaías 1.19). Jesús fue a prepararnos una morada en el Reino eterno del Padre, pero todos los que le rechacen serán enviados al lago de fuego y azufre (S. Juan 14.2-3; Apocalipsis 20.11-15). ¿Elija la mejor decisión?
Dios nos advierte que debemos seguir Sus mandamientos, pero, como el pueblo de Judá, hoy muchos se niegan a hacerlo y, cuando sean enviados al lago de fuego y azufre, se desesperarán y suplicarán misericordia. Por haberse burlado de las advertencias de Dios, se comportaron como el pueblo de la época de Noé, burlándose del anciano que les instó a convertirse. No le hicieron caso y perecieron en el Diluvio (S. Mateo 24.36-39).
Lo que le sucedió al reino de Judá no es nada comparado con lo que les sobrevendrá a los que prefirieron la orgía a la santidad. Nada más se puede hacer en su favor, pues cosecharán según la semilla que siembren (Gálatas 6.7-8). Los salvados, en cambio, oirán a Jesús invitándoles a entrar y poseer el Reino preparado para ellos desde la fundación del mundo. En el Juicio, no habrá misericordia ni amor, ¡porque será el día del juicio para los inconversos!
Como sucedió con la llegada de Nabucodonosor, sucederá con el regreso de Cristo. La primera vez, vino para salvar; la segunda, será para juzgar a vivos y muertos y dar a cada uno lo que prefirió en vida. Tenga cuidado, porque la morada en fuego y azufre será eterna.
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Señor de la ley eterna! No importa lo que diga el hombre, sino lo que Tú declaras que sucederá en la segunda venida de Jesús. Los que crean en Ti serán llamados a entrar en Tu Reino de amor, paz y prosperidad, y el resto, ¡al lago de fuego y azufre!
¿Por qué algunas personas prefieren vivir lejos de Ti, si Tú eres el Creador? No piensan con claridad. En cambio, ceden a las mentiras del enemigo para «disfrutar de la vida», como dicen ellos. Llegará el día en que ya no habrá opción de salvarse. ¡Te damos gracias por nuestra salvación!
Necesitamos amarte y aferrarnos a Ti, porque no queremos que el lago de fuego y azufre sea nuestro hogar eterno. De hecho, ni siquiera queremos pasar un día en la perdición. Padre, ¡ayuda a Tus hijos a ser sabios para que no retrocedan!