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2025-06-25 03:00:00

Pan de nobles comió el hombre; les envió comida hasta saciarlos.


Salmo 78.25

Al comer el pan de nobles, seremos utilizados por Dios en grandes obras. Es más, la gente que no conoce al Señor acudirá a nosotros en busca de ayuda para que obtengan la liberación. La Biblia dice: «Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: «Yo soy el pan que descendió del cielo», y decían: —Éste, ¿no es Jesús el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo dice ahora: “Del cielo he descendido”?» (S. Juan 6.41-42).

Jesús no se enojó por lo que los judíos decían de Él. Como no hacían la voluntad de Dios, no entendían el lenguaje de Cristo. De la misma manera, los salvos nunca deben enojarse con quien los acusa, porque el entendimiento de esa persona aún está oculto. Lo importante es mostrarles que las respuestas del Cielo atestiguan quiénes son los hijos de Dios. ¡Jehová se ocupará de todo!

La búsqueda de la Verdad terminó cuando vimos que Jesús es todo lo que decía ser. Al usar Su Nombre contra el mal, las obras malignas cesan y los que sufren son liberados. El que bebe del agua que Cristo da, no lo olvida: «Pero el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.» (S. Juan 4.14).

Cuando somos nobles en el Nombre de Jesús, vemos que Él está presente en nuestras reuniones para sanar a los enfermos, liberar a los oprimidos y dar la salvación a los perdidos. Nada está más cerca de la verdad que asistir a los cultos donde Dios obra Sus maravillas: «Dios se levanta en la reunión de los dioses; en medio de los dioses juzga.» (Salmo 82.1). Con el Señor entre nosotros, ¡habrá señales!

Jesús dijo de sí mismo: «Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.» (S. Juan 6.55). Esto significa que alimentaremos todo nuestro ser si creemos en Cristo. Cuerpo, alma y espíritu se fortalecerán enormemente comiendo Su carne y bebiendo Su sangre. El hombre natural no entiende esto, pero los salvos sí y quieren más.

No hay límites para comer el pan de los nobles. Dios hace esta recomendación y afirma que hay hasta saciarnos. Quien no se interesa por la obra del Señor pierde mucho. Esa persona podría llegar a ser poderosa a través de las enseñanzas de la Palabra. Por otro lado, los que son fieles al Señor son como Caleb, que, a los 80 años, no vio nada malo en ir a luchar contra los gigantes, los hijos de Anac, los habitantes de Hebrón (Josué 15.13-14). ¡Dios es fiel!

Empiece a comer todo lo que el Señor pone en Su mesa y, en poco tiempo, verá su fe fortalecida y será usado para hacer las mismas obras que Jesús hizo en Su ministerio en la tierra, y otras llamadas mayores. Usted decide quién será en las manos del Altísimo. Ahora bien, si se fija en lo que le dice el tentador, hasta lo que tiene le será quitado (S. Mateo 13.12).

 

        En Cristo, con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios del pan de los nobles! Nunca podemos desperdiciar Tu alimento ni dejar de pedirte más. Las Escrituras afirman que el alimento no vendrá en pequeñas cantidades, sino hasta saciarnos. ¡Ayúdanos a cumplir Tu deseo para nuestras vidas!

Te agradecemos que nos reveles cómo podemos llegar a ser nobles y así ver Tu poder actuar en nuestras congregaciones. No podemos dejarlo para mañana; necesitamos ser lo que Tú has planeado.

Que nunca pensemos que el pan que se nos da es pequeño. De hecho, viene en la medida justa para que sepamos cuánto debemos comer. Tu misericordia también nos ayudará a comprender cuánto tenemos para fortalecernos.