El Señor mostró varios pecados de los israelitas, quienes fueron sacados de Egipto para ser ejemplos que el mundo necesitaba ver. Sin embargo, una vez en la Tierra Prometida, se contaminaron con las transgresiones de quienes allí vivían. Esto entristeció al Altísimo, quien planeó un testimonio para todas las naciones. Al ver cómo el pueblo de Dios vivía seguro y bien protegido, también Lo buscarían y se convertirían, y el mundo sería diferente de lo que es hoy (Deuteronomio 4.6-8).

Quizás aún no le ha preguntado sobre los planes de Dios para Su vida, cómo Él le guiaría para hacer Su voluntad. Este error se comete a menudo porque las personas no se ven a sí mismas como ejemplos vivos de quienes caminan con el Señor. Así, como no saben qué decir o hacer, actúan mal. Jesús fue amado por el Padre e hizo todo lo que Él le mostró (S. Juan 5.30). Debemos seguir al Maestro. ¡Examínese y actúe de la misma manera!

El Todopoderoso fue claro cuando dijo: «También yo escogeré para ellos desgracias.» Es probable que algunos nunca hayan hecho la voluntad de Dios, creyendo que el mundo espiritual es una ilusión. Entienda que los deseos de su corazón pueden ser producto del engaño del diablo, porque muchos viven bajo su engaño. ¡Cuidado con las mentiras del enemigo! En el tribunal de Cristo, la verdad de las personas emergerá cuando el Señor las mire a los ojos (2 Corintios 5.20). ¡Qué mirada tan intensa!

Todo lo que las personas temen es un peligro constante, y si no se liberan de estos temores, se sorprenderán al saber que el Señor escudriña los corazones y, por lo tanto, no habrá escapatoria de la condenación. Manténgase alerta y no permita que el diablo le venza, porque no tendrá forma de responder al Dios poderoso, quien le reprenderá por no creer en Sus palabras, que tienen poder.

Según el Señor, la condenación vendrá porque las personas no Le respondieron cuando Él llamó a sus corazones para que actuaran correctamente. La timidez o cobardía que gobierna a muchos hoy les impide cumplir los mandamientos de Dios. Ahora, cuando Dios exige algo de una persona, esta puede convertirse en la realizadora de ello y, así, vencer los ataques de Satanás. Dios siempre responde al que pide, llama o busca (S. Lucas 11.9-10). ¡Él le ayudará!

Si Dios lo llama y no le hace caso, Él reprenderá su negligencia. Cuando el Señor le da a alguien una misión, le capacita para llevarla a cabo. Muchos declaran que no escucharon al Todopoderoso porque prefirieron seguir las sugerencias del diablo. Esta es una traición que Dios no perdonará. Su Palabra cumple lo que está determinado. ¡Crea y realice!

Los que rechazan la sabiduría divina están completamente equivocados, pues hacen lo que es malo a los ojos del Altísimo, eligiendo cosas que a Él no Le agradan. Los siervos del Señor deben prepararse para proclamar el Evangelio con señales y prodigios.

En Cristo, con amor,

R. R. Soares