El diablo es como un falso amigo: le gusta dar consejos con sus propios intereses para apartarnos del plan de Dios. Con su astucia, nos "abre" los ojos para que dejemos de dar el diezmo, que pertenece a la casa del Señor. La intención del maligno es impedir que se mantengan los programas de evangelización a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Incluso la evangelización personal se vería comprometida por esto, ya que la iglesia ni siquiera podría enviar obreros. Sin provisión, la obra quedaría paralizada.

Como dijo Jesús, Satanás miente todo el tiempo (S. Juan 8.44). Los cristianos nunca deben tener en cuenta el discurso maligno, porque viene del fondo del abismo para hacer daño a los que se entregan a las tinieblas. De hecho, algunos pastores predican en contra del diezmo. Sin embargo, cuando defienden este punto de vista, las personas que viven en la presencia del Señor se dan cuenta de quién está detrás de este pensamiento.

Cuando se enseña a diezmar, algunos se escandalizan y dicen que nunca darán la décima parte de sus ganancias a la iglesia. El diablo ha llenado los corazones de estos hermanos con toda clase de engaños. Lo hace porque conoce la verdad de la doctrina de los diezmos y las ofrendas y sabe que el retorno de Dios siempre superará nuestra contribución. Además, está la promesa del Señor de reprender al devorador, y esto el adversario evita de todas las formas.

Esta es la verdadera razón por la que el príncipe de las tinieblas no quiere que el pueblo sea fiel en el cumplimiento de esta ordenanza. El maligno reconoce que Dios será fiel a Su promesa. Habiendo sido ángel del Señor, Satanás sabe cuán terrible es el Altísimo en Sus acciones. Rechace, pues, las propuestas demoníacas, así como las sugerencias de los deshonestos, que hasta lloran cuando presentan sus ideas, pero luego dan la espalda a los que creyeron y votaron en ellas. No se deje seducir por el maestro del engaño.

No podemos imaginar lo que es una reprimenda de lo Alto y por qué el maligno quiere evitarla a toda costa. Dios ayuda a los que creen en la Biblia. En cuanto a la afirmación de que el diezmo procede del Antiguo Testamento, lea la declaración de Jesús: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque diezmáis la menta, el anís y el comino, y dejáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. (S. Mateo 23.23). ¡Véase también Hebreos 7.5!

Los que no contribuyen no son conscientes de cuánto roba el diablo del fruto que la tierra daría al dador: la comprensión de lo que le pertenece en Cristo. El adversario se hace amigo de los que no diezman, porque les ha estado quitando toda la vida. La cuestión es: ¿creemos o no en las Escrituras? Añádase a esto el testimonio de innumerables cristianos en todas partes sobre la situación del diezmo. Sea fiel hasta la muerte, ¡y Él le honrará!

La vid está plantada en el campo de misión, donde siempre fluyen las aguas, por lo que nunca será estéril (Salmo 1.3). No cambie la tierra que Dios utiliza en Su sabiduría por un suelo que nunca ha visto las "aguas" del Cielo. Vivimos en el tiempo señalado por el Señor y prosperaremos según nuestra fidelidad. ¡Él es fiel!

En Cristo, con amor,

R. R. Soares