NO BASTA CON SER HOMBRE

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2025-07-09 03:00:00
Guarda los preceptos de Jehová, tu Dios, andando en sus caminos y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas.
1 Reyes 2.3
Cuando David sintió que se acercaba su partida a la patria celestial, llamó a su hijo, ahora rey Salomón, y le dio un mensaje importante: debía guardar los preceptos de Jehová, su Dios. Su consejo debe ser estudiado con atención, porque somos continuadores de la obra de Jesús. Recordemos lo que dijo: «De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él también las hará; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.» (S. Juan 14.12).
David le enseñó a su hijo que seguir los mandamientos del Señor le permitiría caminar por los caminos del Mesías, que vendría mil años después. El apóstol Pedro hablaba así de Cristo: «Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.» (Hechos 10.38). ¿No es por eso por lo que muchos cristianos no obtienen respuesta a sus peticiones? ¡Yo creo que sí!
Si no andamos por los caminos del Salvador, nunca guardaremos los estatutos de Dios, y el resultado será triste, porque tendremos que rendir cuentas de los talentos que teníamos a nuestra disposición. Los estatutos son conjuntos de reglas sobre lo que podemos hacer y lo que ni siquiera deberíamos querer hacer. Recuerde: no solo las grandes y malas prácticas son perjudiciales, sino también las pequeñas zorras (Cantares 2.15). Hasta una tilde se cumplirá (S. Lucas 16.17).
Seremos amados por Jesús y por el Padre si tenemos los mandamientos y los guardamos (S. Juan 14.21). No prestar atención a lo que nos pide nos llevará al banquillo de los acusados. Daremos ejemplo obedeciendo al Señor. ¿Imagínese que, cuando moldeó al hombre del polvo de la tierra, dijera que la glándula pituitaria no vale nada y la suprimiera? Entonces no creceríamos como es debido, o no dejaríamos de crecer. ¿Por qué despreciar las cosas pequeñas?
Quien no se interesa por aprender y no se esfuerza por cumplir los juicios informados por la Palabra, que salieron del corazón del Padre y fueron hechos por Jesús, será avergonzado ante el tribunal de Cristo (2 Corintios 5.10). Medite en los hechos del Maestro después de alimentar a cinco mil hombres, más las mujeres y los niños, con cinco panes y dos pececillos. ¿No les dijo que recogieran lo que había sobrado? Algún discípulo podría decir: «No es necesario, Él tiene poder para hacer más cuando quiera» (S. Juan 6.1-12).
Ningún discípulo del Salvador se aventuró a desobedecer Su orden. Marta estaba en una de las reuniones y participó en la revelación de que, si creyera, vería la gloria de Dios. Cuando se quejó de que su hermano había muerto, Jesús le recordó lo que le había dicho. Eso fue una reprimenda, porque Él dijo: «Jesús le dijo: —¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?» (S. Juan 11.40).
David advirtió a Salomón que cumpliera todo lo escrito en la Ley de Moisés, para que prosperara en todo lo que hiciera. Sería bueno que todos los pastores mostraran amor por las ovejas del Señor que se les ha encomendado cuidar y preservar (Hechos 20.28). ¡Dios cobrará!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Dios de Su rebaño! Estamos seguros de que Tú nos has ordenado actuar como el rey David, el hombre según Tu propio corazón. De este modo, el trabajo se llevaría a cabo de tal manera que el enemigo no diría nada del que has elegido para cuidar de Tus ovejas.
No importa adónde nos envíes. Si somos guiados por Ti, triunfaremos como triunfó Tu Hijo en la tierra. Él es nuestro modelo. ¡Ayúdanos a no obstaculizar Tu plan ni a no seguir el ejemplo de Cristo!
Probablemente no hacemos Tu obra como Tú quieres porque no vemos el mismo resultado, y eso nos molesta. Danos un corazón que Te tema, pero que al mismo tiempo sea lo suficientemente valiente como para darse cuenta de las maravillas de Tu Hijo. Esto hará que el mundo Te busque y Te sirva.