NO VOLVERÉ A ENOJARME

2024-05-07 03:00:00

Así saciaré mi ira sobre ti, se apartará de ti mi celo y descansaré para no volver a enojarme.


Ezequiel 16.42

Para entender este versículo, tenemos que remontarnos a la Ley de Moisés, que era buena en aquellos tiempos porque impedía que los hijos de Jacob se desviaran hacia la mundanalidad. No podían olvidar el pacto hecho por el Altísimo con Israel en el monte Horeb, cuando se revelaron los Diez Mandamientos (Éxodo 20). El Señor guardó el Nuevo Pacto para más tarde, porque Su Hijo vendría a sufrir los pecados del pasado, del presente y del futuro.   

        Los que todavía están en la tierra física, y no en la tierra de la promesa, no pueden resistir las tentaciones de la carne, como el dinero, la fama y tantas otras usadas por el diablo para separarlos de Dios. El Señor es el Fuego Consumidor para todos, menos para los que han nacido de nuevo, pues la sangre de Jesús los cubre día y noche (1 S. Juan 1.7). El Padre Se declaró un Dios celoso. Y sigue siéndolo para los que no han aceptado el sacrificio de Cristo en el Calvario. ¡Bendito sea Jesús por Su amor a nosotros!

        Esto no significa que pequemos a sabiendas, o que nos dejemos llevar por las sugestiones del maligno y, después de caer, reivindicaremos que no conocíamos el siguiente mensaje de la carta a los Hebreos: Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados (Hebreos 10.26). Quien abuse de la gracia divina se quedará sin ella si se equivoca a propósito. ¡Somos salvos para hacer resplandecer la gloria del Altísimo!

        La ley de la gracia sigue hablando de los imprudentes que piensan que se saldrán con la suya en el tribunal de Cristo. Están totalmente equivocados. La Biblia declara la condenación venidera para ellos: Sabéis esto, que ningún fornicario o inmundo o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios (Efesios 5.5). Entienda: su cuerpo no es suyo, sino del Señor, porque es templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6.19). ¿Y lo va a ensuciar?

         La vida de los salvados no será de santidad si escuchan al diablo. Judá se perdió al desear y, después, cometer los mismos delitos que el reino del Norte. Cualquiera que actúe como el israelita que llevó a una mujer madianita a su tienda en Baal-Peor para realizar un acto abominable a Dios y contrario a la naturaleza, también se verá atrapado en el Infierno con la lanza que uno de los Finees, practicante de la justicia, le clavará en el vientre (Números 25.6-8).

        Dios no volvió a enojarse con los salvados, que, habiendo nacido de nuevo, ya no practicaban cosas impuras. Dirigiéndose a los habitantes de Corinto, que vivían en el libertinaje, Pablo dijo: Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios (1 Corintios 6.11). Somos nuevas criaturas en Cristo (2 Corintios 5.17).

        ¿Por qué provocar al Señor a la indignación cuando Su mano se ha extendido sobre nosotros y ha sufrido por nuestros errores? Ahora vamos camino del cielo y viviremos junto a Aquel que nos amó y se ofreció para quitar nuestros pecados. ¿Todavía tiene el valor de darle al diablo la oportunidad de hacerle un pedido? ¡Despierte! ¡Ya está salvado!

 

        En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

     ¡Dios del Nuevo Pacto! Gracias por darnos la Ley de la Libertad, el Evangelio y perdonar nuestros pecados cuando aceptamos a Jesús como Salvador y Señor. Tus misericordias han venido sobre nosotros y nos has recreado en Cristo, ¡dándonos Tu paz!

Tu ira no es contra nosotros, sino contra las fuerzas del Infierno, que empujan a los seres humanos a hacer las cosas más sucias que alguien podría imaginar. Como imagen y semejanza Tuya, tenemos la obligación de ser santos. ¡Es imposible tener comunión Contigo mientras se está en el error!

        Tus celos se desviaron de nosotros, y Tú nos has tranquilizado, dándonos el Espíritu Santo para entender Tu Palabra y voluntad. Es bueno saber que nunca más Te enojarás con nosotros; ahora somos Tuyos en Jesús. ¡Úsanos para llevar Tu paz a todos!