PACTO RENOVADO

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2025-08-10 03:00:00

 Infundiréis temor y miedo a todo animal sobre la tierra, a toda ave de los cielos, a todo lo que se mueva sobre la tierra y a todos los peces del mar; en vuestras manos son entregados.


Génesis 9.2

Después del Diluvio, el Señor bendijo de nuevo al hombre: Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: «Fructificad, multiplicaos y llenad la tierra. (Génesis 9.1). Esto demuestra que Su plan para la humanidad no ha sido frustrado, pero aquellos que no escucharon Su voz perecieron. El pueblo debería haber acudido a Noé y haberse refugiado en el arca de la salvación preparada para librarles de la destrucción. Pero no creyeron y por eso murieron en las aguas.      

Después del Diluvio, el Señor volvió a darle al hombre la misma autoridad que le había dado en el Edén, como está escrito: Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra.» (Génesis 1.28). Al meditar en este versículo, entendemos que tenemos poder sobre la creación y podemos ordenar al maligno que salga de nuestras vidas en el Nombre de Jesús. Entonces la obra se hará en un abrir y cerrar de ojos.

El Altísimo no ha cambiado Su decisión de colocarnos como soberanos de Su obra, para representarlo en cualquier situación. Lamentablemente, muchos ni siquiera quieren saber lo que les pertenece en Cristo, privando al Señor de recibir la gloria y la alabanza de las que es digno. Crea en todo lo que tenga apoyo bíblico; de lo contrario, aunque sea salvo, tendrá problemas.

Cuando Jesús vino al mundo, dio ejemplo de cómo debemos actuar para que seamos verdaderamente Su pueblo y obtengamos la victoria: creyendo en Su Palabra y practicando Sus enseñanzas. Recibir los dones divinos depende de nuestra atención a las Escrituras. Durante la lectura y la predicación de la Biblia, pronto llegará la revelación de lo que Dios dice; entonces, todo lo que tenemos que hacer es reivindicarlo y creer.

El testimonio del Señor en Su Palabra abre nuestro entendimiento y entonces, creyendo, podemos determinar la realización de las bendiciones en nuestras vidas. Así, pronto tendremos la respuesta como dice la Biblia. Hay que tener fe en que se hará como dicen las Escrituras. Después de clamar, Dios honrará Su Palabra. Creer significa estar completamente seguro de que Él nos ha dicho la verdad.

La persona que no cree que tiene autoridad sobre los animales que se arrastran por la tierra no recibe nada del Señor. Una vez que hemos comprendido que se nos ha dado el poder de reprender el mal, ordenándole que abandone nuestras vidas y las de las personas que buscan nuestra ayuda, tenemos que confiar en que el trabajo se está realizando. El diablo es un maestro en confundir nuestras mentes para que no obtengamos lo que se nos ha prometido. Las revelaciones de la Biblia nos pertenecen.

El Maestro resumió este tema: Jesús le dijo: —Si puedes creer, al que cree todo le es posible. (S. Marcos 9.23). A nosotros nos toca creer para que Dios pueda obrar. Ahora bien, quien lo desprecie tendrá que dar cuenta del daño causado a otros que no creerán.

 

En Cristo, con amor,

 

    R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor del Pacto guardado! Tú quieres que la gente Te conozca y Te crea de la manera correcta, para que puedan ser el blanco de Tus benditas operaciones. Depende de cada uno, porque Tu parte ha sido hecha. Cuando actuemos según Tu Palabra, ¡vendrá la bendición!

La familia de Noé simboliza Tu Iglesia. Cada persona, cuando nace de nuevo, recibe de Ti poder y autoridad sobre las fuerzas del mal, los animales que se arrastran por la tierra, ¡vidas microscópicas que, cuando entran en contacto con nosotros, nos causan daño!

El Nuevo Pacto es mejor. No es el arco iris lo que garantiza que no seremos destruidos, sino Tu Palabra. Dijiste que nadie nos arrebataría de Tu mano. Esto nos da la certeza de que, aunque el diablo nos tiente, ¡nunca nos vencerá!