Diferentes factores alejan al hombre de la presencia de Dios, y todos ellos son detestables a Sus ojos. El Creador nos hizo a Su imagen y semejanza (Génesis 1.26), pero como no entienden lo que dice, muchos crean ídolos de yeso, madera u otros materiales, actitud que desagrada al Señor. La Biblia condena estos cultos, mostrando todo Su descontento en el mandamiento: No te harás imágenes [...] (Éxodo 20.3-6).

Aquellos que hacen imágenes para adorar se encontrarán en el tormento eterno por alejar a los simples de la Verdad y llevarlos a vivir en la ilusión. Un individuo así puede compararse a los empresarios que montan una fábrica de veneno, lo ponen en botellas adornadas y ofrecen solo una muestra para que prueben el sabor - diabólico. ¡Hay tantas formas legales de ganar dinero para sobrevivir! ¿Por qué cometer un acto tan indignante? ¡La idolatría es letal como el peor veneno!

Cuando era muy joven, una familia de mi pueblo empezó a vender cuadros de estampas diversas y tuvo mucho éxito. Un día fui a visitarlos porque un chico de la familia era mi amigo. Me enseñaron varios cuadros preciosos y me animaron a ir a otra parte de Río de Janeiro para empezar a venderlos. Como el interés de ellos era ayudarme, me dieron la dirección donde fabricaban esos productos, por lo que les di las gracias.

Sin embargo, les advertí que no vendería cuadros con símbolos de idolatría. Cuando me negué, se quedaron sorprendidos y luego me explicaron que esos cuadros eran los favoritos de la población porque la mayoría seguía una religión idólatra, algo contrario a la Palabra del Señor. Me sugirieron que buscara otra forma de sobrevivir, así que preferí vender ropa de puerta en puerta, ¡y tuve éxito!

Hacer lo que Dios condena nunca sería mi opción. Además, no quería ser avergonzado en mi vida diaria, ni en el Rapto de la Iglesia. Desafortunadamente, hay gente alejándose de la sangre de Cristo y volviéndose a prácticas inmorales. Lamentablemente, ellos serán avergonzados. En el mundo, muchos son débiles de mente y aceptan sobrevivir del pecado. ¿Pero cuánto tiempo vivirán así? ¿Cien años, o un poco más? Y luego, dentro de miles de años, ¡estarán en el lago de fuego!

Toda rebelión a los mandamientos de Dios llevará a los incautos a la confusión y a la desesperación al regreso de Cristo. Ahora bien, en cuanto a los que creen en el Señor, la Palabra garantiza: Quien cree en él no será defraudado (Romanos 10.11). Esa es mi decisión, porque sé en Quién he creído. Su decisión de servir a Dios le marcará para siempre, así que obedézcale sin tergiversar la Palabra. ¡No sea malo consigo mismo!

Fabricar, comprar o vender imágenes y adorarlas es como firmar su perdición eterna. ¿Por qué darle al diablo su vida, si Jesús pagó un precio tan alto por ella? Huya de todo tipo de transgresión que pueda llevarle al lago de fuego y azufre. Esfuércese y luche por ganar el Cielo y no perecer en el sufrimiento eterno. Entréguese ahora al Salvador, y Él le salvará.

        En Cristo, con amor,

        R. R. Soares