REGALO DEL CORAZÓN DEL SABIO

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2025-08-02 03:00:00

El corazón inteligente busca la sabiduría, pero la boca de los necios se alimenta de necedades.


Proverbios 15.14

Hay mucho que decir sobre el corazón del sabio, pues incluso el Creador se complace en quienes reciben sabiduría y la utilizan: «Hijo mío, si tu corazón es sabio, también a mí se me alegrará el corazón.» (Proverbios 23.15). Habiendo escuchado esto del Señor, ¿por qué no pedir un corazón sabio? No hay nada mejor que saber que el Altísimo se alegrará de que hayamos dado cabida a esta virtud en nuestra vida. Es estupendo saber que Dios está contento con nosotros (Nehemías 8.10).        Cuando el corazón de un hombre se vuelve sabio, busca el conocimiento; entonces se puede resolver cualquier problema. El profeta Oseas se dio cuenta de que necesitaba saber por qué el pueblo de Dios estaba siendo destruido. Así que preguntó por ello, y la respuesta le llegó enseguida: «Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento.» (Oseas 4.6a). De la declaración del Señor se desprende claramente que la falta de conocimiento de la gente favorece al diablo.

Dios habló de los obreros de la maldad, que viven para causar la desgracia de los demás y no le invocan: «¿No tienen discernimiento todos los que cometen maldad, que devoran a mi pueblo como si comieran pan y no invocan a Jehová?» (Salmo 14.4). La peor actitud es vivir privado del conocimiento de la Verdad, que basta para librarse de cualquier mal. ¡Los malvados sufrirán la destrucción de sus almas! 

Los hijos de Israel pasaron 40 años en la «escuela» del desierto, pero a pesar de estar plenamente sustentados en aquel lugar inhóspito, donde nada se planta ni se cosecha, no consiguieron darle alegría a Dios. El Señor esperaba que le buscaran por esto: «Cuarenta años estuve disgustado con la nación, y dije: “Es pueblo que divaga de corazón y no han conocido mis caminos.”» (Salmo 95.10). Mucha gente lleva mucho tiempo en la casa de Dios, ¡pero sin conocimiento! 

Quienes no reciben ni una sola bendición divina deben examinarse a sí mismos para identificar las razones por las que no han aprendido de Dios a recibir los tres dones que Su boca se complace en ofrecer a quienes Le aman: «Porque Jehová da la sabiduría y de su boca proceden el conocimiento y la inteligencia.» (Proverbios 2.6). Él da la sabiduría a todos, y de Sus labios salen la ciencia y la inteligencia. ¡Debemos crecer ante Dios!

Las prioridades del hombre están muy alejadas de las necesarias para adquirir riquezas, bienes y otras cosas que el Señor tiene para todos. Todo comienza cuando el cristiano acepta la corrección del Cielo, porque sus objetivos cambian por completo, como afirma la Palabra: «Recibid mi enseñanza antes que la plata, y ciencia antes que el oro puro.» (Proverbios 8.10). Bajo la mirada del Padre, guiando nuestros pasos y bendiciendo nuestro camino, ¡prosperaremos!

Hablar con gente sabia significa recibir lecciones gratuitas que nos llevarán a días mejores. Por eso debemos elegir con quién pasamos el tiempo hablando y aprendiendo. El ciudadano que quiere tener éxito sin duda lo hará, porque la Biblia dice: «La boca de los sabios siembra sabiduría; no así el corazón de los necios.» (Proverbios 15.7). ¡Ore!

 

En Cristo, con amor,

 

     R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios, Dador de conocimiento! Quien escuchaba a Salomón, en los días en que utilizaba la sabiduría que Tú le diste, recibía de sus labios una efusión de conocimiento. Hoy, quienes leen la Biblia se dan cuenta de que Tú eres el Sabio que derrama gracia sobre quienes Te escuchan.

Hay quienes desean poseer riquezas, pero lo mejor es escuchar a los labios que proporcionan conocimiento, porque derraman más de lo que valen las joyas preciosas. Debemos darte el lugar de Maestro y sentarnos a Tus pies. De este modo, aprenderemos de Ti.

Vivimos en un mundo de aprovechados a los que no les importa el sufrimiento del prójimo. Si un cristiano aprende la sabiduría del hombre, será como cualquier otro, pero si tiene Tu entendimiento, se revestirá de poder.