SIN PARCIALIDAD

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2023-08-08 03:00:00

Te encarezco delante de Dios, del Señor Jesucristo y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad.


1 Timoteo 5.21

Ningún siervo del Señor puede cumplir parcialmente los mandamientos de Dios (Santiago 2.10); después de todo, sin Jesús no podemos hacer nada (S. Juan 15.5). Las obras mencionadas en las Escrituras que debemos cumplir son la esencia de la voluntad del Señor. Por eso debemos entrar en la lucha con la voluntad de hacer lo que se nos ha mandado. Esto significa que no debemos dejar que el maligno nos influya de ninguna manera en la batalla en la que hemos sido colocados. ¡Trabajar en la mies de Dios es nuestra obligación de fe!

Cuando una persona se dispone a realizar el trabajo según su propio criterio, utilizando su propia instrucción o sus propios pensamientos, está actuando al margen del ejemplo de Jesús. Esto  es lo mismo que menospreciar lo que el Salvador hizo aquí cuando entrenó a Sus discípulos a que cumplieran los mandamientos divinos. Cristo fue claro cuando dijo: Porque ejemplo os he dado para que, como yo os he hecho, vosotros también hagáis. (S. Juan 13.15). ¡Este es el secreto!

Nuestra lucha contra los principados, las potestades, los príncipes de las tinieblas de este siglo y las huestes de maldad es la misma que la del Señor, que nos ha llamado a continuar el proceso iniciado en Sus días en la Tierra, solo que de una manera diferente. Jesús vino a derrotar al diablo sacándonos de sus garras. Ahora, luchamos por vivir en santidad (1 Corintios 9.27), sin la cual nunca tendremos la fuerza y la autoridad para que cumplamos nuestra misión: arrebatar muchas vidas del fuego (Judas 1.23).

Actuar con parcialidad fue la actitud de Saúl, cuando el Señor envió a Samuel para encomendarle una tarea acerca de los amalecitas (1 Samuel 15.1-3). Este pueblo había perjudicado a Israel en su camino hacia la ocupación de Canaán, la Tierra Prometida. Amalec, el rey de entonces, sorprendió a los israelitas por la retaguardia e hirió a muchos de los que iban detrás (Deuteronomio 25.17-19). Los amalecitas hicieron esto como un acto de maldad, pues los hijos de Jacob no habían ido contra ellos. ¡Dios había prometido que un día haría justicia a Su pueblo!

Los amalecitas eran descendientes de Esaú, hermano de Jacob (y por lo tanto primos de los israelitas), pero eran malvados y cobardes. Llegó el día en que Saúl recibió el mensaje de Dios a través del profeta Samuel para destruirlos por completo. El Señor esperó el arrepentimiento de los amalecitas, que nunca sucedió. Entonces Saúl llevó a más de 210.000 hombres de Israel a la batalla; sin embargo, tras vencer, actuó con parcialidad, perdonando al rey amalecita y llevándose su ganado.

La actitud de Saúl desagradó a Dios, y esto hizo que el primer rey de Israel fuera rechazado (1 Samuel 15.10-23). Saúl intentó engañar a Samuel, pero éste no creyó la mentira, pues había oído directamente del Altísimo que Saúl había sido parcial en obedecer Su mandato. El resultado: el rey fue rechazado por Dios, que le informó de que había otro para ocupar su lugar como jefe del pueblo elegido (1 Samuel 15.28). ¡Esfuércese por servir al Señor de todo corazón!

Si no quiere tener la misma suerte que Saúl, no haga nada parcialmente. Cuando ore, nunca se rinda ante el enemigo. Clame con fe y enfrente al diablo con su fuerza en Cristo. Seguramente, el maligno le hará promesas infundadas, pero si quiere vivir bien, obedezca la Palabra de Dios con fe y determinación. ¡Ame al Señor!

 

En Cristo, con amor,

 

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Padre amado! ¿Quiénes seríamos hoy si Tu Espíritu Santo no nos hubiera hablado del plan de salvación? Eso ha cambiado nuestras vidas y nos ha dado nuevas metas. Por eso, no queremos defraudarte, ¡sino cumplir con excelencia Tu santo mandato!

Aunque era uno de los hombres más grandes de Tu pueblo, Saúl actuó con pequeñez, al no entender que Tú ves todo lo que sucede. Pronto perdonó al rey de aquellos malvados, que mataron a muchos israelitas cansados de su viaje. ¡Tú haces justicia a Tu pueblo!

Las mentiras de Saúl no engañaron a Samuel, ni Te engañarían a Ti. ¡Te suplicamos ayuda y misericordia! No queremos despreciar Tu voluntad. Deseamos servirte con todo nuestro corazón. !Amén!