UNA HERENCIA BENDECIDA

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2025-06-22 03:00:00
Que hubo en Jerusalén reyes fuertes, cuyo dominio se extendía a todo lo que hay más allá del río, y que se les pagaba tributo, impuestos y rentas.
Esdras 4.20
La mentira consiguió ganar tiempo para poner en peligro la obra de restauración de Jerusalén y, mediante una queja al rey Artajerjes, la obra quedó temporalmente paralizada. Los hombres que escribieron al rey querían humillar a los hijos de Jacob y al Señor, pero Dios les hizo comprender que eso no duraría. En su respuesta, Artajerjes afirmó la existencia de reyes de Israel que dominaban muchos lugares.
El relato de alguien que caminó con Dios asusta a los enemigos de la Verdad. Ellos observan algo especial en esta persona, que, aunque no tenga muchos recursos, consigue llevar la paz a sus corazones, la solución a sus problemas y la respuesta celestial a sus dificultades. Al darse cuenta de esta capacidad, Artajerjes ordenó que se detuvieran las obras de reconstrucción del templo hasta que se hubiera tomado la decisión final.
El éxito de un cristiano molesta a mucha gente. Incluso las autoridades se sienten molestas ante un siervo de Dios que no tiene miedo, consigue cumplir sus compromisos y aun ayuda a los necesitados. Para muchos dirigentes, hay que impedir la difusión del conocimiento de Dios porque, en su opinión, los cristianos crecerán en número y serán una amenaza para intereses, muchas veces, sucios y corruptos.
La Iglesia de Cristo no está en el mundo para medir sus fuerzas con las autoridades establecidas de un país. La meta de la obra de Dios es el Reino de los Cielos, no el de los hombres. El siervo del Señor se regocija en proclamar la paz a todos, orando para que los gobernantes sean personas limpias y para que los miembros del Cuerpo de Cristo sepan elegir a los mejores (1 Timoteo 2.1-3). La meta de la Iglesia definitivamente no es el poder temporal, sino la vida eterna junto a Cristo. ¡Gloria a Él!
Queremos tener reyes poderosos que liberen al pueblo de la corrupción, las malas obras, la prostitución, las drogas y otros males. Enseñamos a la gente a respetar a su prójimo, viviendo de lo que hacen sus manos, sin ceder a filosofías religiosas. Es interés de los salvos advertir al ser humano que, un día, todos compareceremos ante el tribunal del Universo, cuyo Juez es Jesús (2 Corintios 5.10).
Con Dios no se juega. Darío se convirtió pronto en el monarca del Imperio persa y en su segundo año autorizó la reconstrucción del Templo del Señor. Esta obra tardó cuatro años en completarse, y entonces la libertad volvió a los hijos de Jacob. Hay una promesa para los que aman a Jerusalén: «Pedid por la paz de Jerusalén; ¡sean prosperados los que te aman!» (Salmo 122.6). Lea el libro de Esdras, del capítulo 4 al 6, y verá que el Señor ayuda a Su pueblo a organizarse y a servirle.
No importa qué prueba está enfrentando o vaya a enfrentar. El Altísimo ama a los que le honran y le sirven. Así que coopere siempre con la obra de Dios para que los perdidos encuentren la salvación y vivan libres de los embates del enemigo. El Señor es nuestra fuerza y nuestro auxilio en las tribulaciones (Salmo 46.1).
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Amado Dios! ¡Cuántas veces nos desesperamos y clamamos por ayuda y misericordia, olvidando que tenemos un pacto contigo! Por ello, las tinieblas no podrán paralizar Tu obra. ¡Tú eres nuestro Padre!
En Tu Iglesia, poderosos reyes han sido constituidos por Tu Hijo para Ti. En vista de ello, el diablo y sus demonios nunca destruirán Tu obra. Te rogamos ahora por la felicidad eterna de todos los pueblos, para que al oír el Evangelio se salven.
Utilízanos más allá de nuestra capacidad; al fin y al cabo, hoy somos Tu pueblo sirviéndote. Aunque las fuerzas del Infierno se levanten contra nosotros, serán destruidas. Somos elegidos por Ti y hemos sido sentados en Jesús para reinar. ¡Sé glorificado!