Dios no contiene Sus palabras cuando habla de Sí mismo. Él es la Verdad; por lo tanto, no usa falsas modestias ni miente. Quien quiera descubrir la Verdad debe empezar por examinar lo que dicen las Escrituras sobre Dios. En ellas tampoco hay engaño, pues retratan al Señor (S. Juan 17.17). Comprender algo en la Biblia es como tomar una fotografía del Maravilloso. Por eso, al creer Sus afirmaciones, depositamos nuestra fe en Él.

El Altísimo dice claramente: Yo soy Jehová. Esto basta para finalizar la búsqueda de la Verdad. El Altísimo es la garantía de que este mundo no acabará en una guerra nuclear, aunque los que poseen armas de destrucción masiva inicien tal conflicto militar. Cuando se acerquen al Fuego Consumidor, se mostrarán incapaces de dar la victoria a quienes la iniciaron. Viva seguro en Cristo, porque Jesús dijo que todo se cumplirá según Sus palabras (S. Mateo 24.35).

Tenga la certeza de dos hechos: el Todopoderoso es único, y nunca ha habido ni habrá otro que pueda llamarse Dios, como declara la Palabra: Antes de mí no fue formado dios ni lo será después de mí. (Isaías 43.10c). Estamos en el camino de conocerlo, y esto sucederá después de que hayamos sido revestidos de cuerpos glorificados (1 Corintios 15.51-58). Aparte del Señor, ¡no hay poder capaz de hacer lo que Él hace!

En tierras donde se desconoce la Verdad, hay demonios que se hacen pasar por dioses. Sin embargo, al invocar la presencia de Dios, dejan de afligir a la gente. Tenemos que llevar el mensaje de la salvación en Cristo a todo el mundo, a los que se engañan adorando a otros «dioses». Cuando conozcan la Palabra, la humanidad se realizará y pasará a vivir bien.

El Altísimo dice que quien Lo busque será revestido de autoridad. Nunca más serán engañados ni oprimidos por espíritus inmundos. Venga y escuche la Buena Nueva de lo que Jesús ha hecho por la humanidad, y descubrirá la Verdad que le hará libre (S. Juan 8.32). Este asunto no se puede tratar como si fuera un partido de fútbol. La vida de millones de personas depende de nosotros. Si callamos, esas almas preciosas irán a la perdición eterna. ¡El Señor quiere revelarse a usted!

Aproveche la oportunidad de ceñirse con la Verdad. De esa manera, no será castigado por espíritus malignos y llegará a ser libre. La unción que Dios pondrá en su vida le dará la victoria en todas las batallas (2 Corintios 2.14). El Altísimo no le pide nada, sino que le ofrece lo que necesita para que viva bien aquí y en la eternidad. Vaya al lado de Jesús, y se sentirá seguro en Sus manos. ¡Él es el Señor!

No se enfade por lo que acaba de leer. Si ha tenido contacto con un espíritu maligno, compruebe la verdad de lo que he escrito (1 S. Juan 4.1). El Padre celestial quiere que lo conozca y sea bendecido. ¡Ore ahora y pídale que ilumine su vida!

        En Cristo, con amor,

        R. R. Soares