AVERGONZANDO AL ENEMIGO

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2024-07-03 03:00:00

También los caudillos de Isacar fueron con Débora; sí, como Barac, también Isacar se precipitó a pie en el valle. Entre las familias de Rubén se tomaron grandes decisiones.


Jueces 5.15

Jabín gobernaba Canaán, una tierra que Israel no ocupó porque no cumplió el mandamiento divino. Este rey malvado y opresor afligió al pueblo de Dios durante 20 años, tomando el control de la región con su poderoso ejército. Sin embargo, con el paso del tiempo y debido a que los hijos de Jacob habían pecado, el Señor permitió que sufrieran a manos de este monarca (Jueces 4.1-3). Sísara era su comandante, que actuaba con "puño de hierro" y parecía invencible, ¡hasta que el pueblo santo oró!

Este comandante imponía gran temor a los israelitas a causa de sus 900 carros de hierro y su vasto ejército. Para él, nadie podía derrotarlo, porque estaba muy bien preparado. Sin embargo, esto no era obstáculo para el Dios Todopoderoso, al que no conocía. Ante esta situación, la profetisa Débora, casada con Lapidot, mandó llamar a Barac, a quien el Señor había comisionado luchar contra los cananeos (Jueces 4.4-7). Ella lo llamó a la guerra.

Débora quería saber por qué Barac, habiendo sido convocado por el Altísimo, aún no luchaba contra Jabín y su ejército. Barac mostró su debilidad, diciendo que solo iría si ella iba con él. Esta sierva del Señor sabía que Dios estaba en el asunto, así que partió con Barac y los diez mil hombres de las tribus de Neftalí y Zabulón. El Señor prometió entregarle el ejército de Canaán.

La situación en Israel era tan caótica que Barac y sus soldados bajaron de la montaña a pie para enfrentarse a un ejército equipado con carros de hierro. El descenso del hombre de Dios fue como una burla para Sísara, que estaba bien armado e, incluso, debió burlarse del ejército de un puñado de hombres ante su poderío militar. La humillación que hizo el Señor no fue a Barac, sino al que perdería el combate, pues el Altísimo es el Varón de Guerra.

Puede que aquel grupo no estuviera preparado en cuanto a la vestimenta ideal para la misión, pero era el mejor equipado para ir a la guerra por Israel: los siervos de Dios estaban revestidos de Su gloria, y Él nunca pierde una batalla. Ahora bien, su enemigo puede estar en mejores condiciones para luchar que usted, pero quien tiene al Todopoderoso al mando de su vida nunca será derrotado. El vencedor en aquella guerra fue Israel, porque, aunque iban a pie, ¡impusieron el debido respeto al pueblo santo! (Jueces 4.10-16)

Nunca subestime el poder que se le ha dado en el Nombre de Jesús, porque con él podrá derrotar a las fuerzas de la oscuridad. Nunca se deje engañar por las mentiras del diablo y sus demonios. Crea: el Padre celestial le ha prometido que siempre saldrá victorioso, solo tiene que querer. La voluntad y el temor del Señor en su corazón es la mayor fuerza del mundo. ¡Quien tiene a Dios lo tiene todo!

Incluso la naturaleza se unió al desprovisto, pero poderoso, ejército de Israel. Del mismo modo, el Altísimo está al frente de su batalla. Hay más poder de su lado que en su contra. Para ponerlo en práctica, ¡hay que seguir las Escrituras!

 

        En Cristo, con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios, nuestra Ayuda! Israel nunca perdería una guerra si Tú estuvieras al frente de sus soldados. Del mismo modo, ¡venceremos cualquier mal si luchamos con todo nuestro corazón, confiando en Ti!

Pusiste a los jefes de Tu ejército de nuestro lado, por lo que nuestra victoria es segura. Por eso no debemos tener miedo ni retrasar nuestra oración de fe. Nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, ni será ganada por la fuerza de la carne, ¡sino por Tu poder!

No importa si luchamos a pie o con el mejor transporte del momento. Lo que realmente cuenta es Tu Nombre, y con Él no seremos avergonzados. Tú nos dijiste: "No temas, porque Yo Estoy contigo". ¡Gracias por todo!