El rey Saúl se convirtió en enemigo de David porque éste fue utilizado por el Altísimo, amado por Él e invencible en todas las guerras en las que participó. Satanás siempre se levanta a través de personas cuyo carácter es débil. El resultado: los ungidos del Señor son perseguidos. Las mentiras de algunos los llevan a querer acabar con los que han sido elegidos por el Cielo. ¡Debemos estar alerta!

Los inocentes deben permanecer así, para que sus pasos sean guardados por Dios. En el plan diabólico contra los ungidos del Señor, habrá muchos codiciosos, utilizados para llevar a cabo lo peor. Sin embargo, los rectos no deben temer al maligno, porque el Todopoderoso guardará su camino. Ahora tienen que estar en guardia, no sea que abandonen la presencia divina. ¿Por qué vienen estos ataques contra los siervos del Señor?

En el Cielo, nos enteraremos de los planes realizados en el Infierno, que contaron con la participación de quien debía combatirlos, pero que fue un instrumento del siniestro acuerdo. Pero no debemos temer, porque el Guardia de Israel nos mantendrá ocultos a los ojos de los enviados del enemigo, y cualquier esfuerzo malvado no tendrá éxito. El Señor nos guarda de todo mal (Salmo 121.7).

Saúl tramó la muerte de David, que estaba en casa con su esposa Mical, la hija del rey. En esta ocasión, es posible que su suegro se fuera a dormir contento porque, al ser malvado, se libraría de su «enemigo». Sin embargo, David era todo lo contrario: lo amaba y era incapaz de traicionarlo. Cada vez que un siervo de Dios deja que la tentación se apodere de su vida, corre peligro. Pero si es santo, nada malo le sucederá (Salmo 91).

El malvado rey sabía que Mical, su hija, amaba a David. Se la había dado como esposa al joven pastor después de que éste derrotara a Goliat, el gigante filisteo que avergonzó a Saúl (1 Samuel 17). Entonces, dominado por los demonios, Saúl envió mensajeros a casa de su yerno para matarlo. El corazón de Mical era distinto al de su padre, así que advirtió a su marido del plan para destruirlo. David escapó con la ayuda de su mujer, que lo hizo bajar por una ventana e incluso simuló que él estaba dormido, enfermo (1 Samuel 19.12-14).

Nunca tema el mal que traman contra usted. Con la unción de Dios sobre su vida, todo yugo será destruido (Isaías 10.27). David escapó, y el rey se enfureció, pero, desafortunadamente, este monarca buscaba cada vez más darle fin a su yerno, preparado por Dios para ascender al trono de Israel. Las intenciones del rey se vieron frustradas, y el malvado deseo de su corazón no se cumplió. ¿Qué cuenta dará el Día del Juicio?

Si somos guiados por el Espíritu Santo, solo habrá victoria. En el Cielo, nos daremos cuenta de que el que conspiró contra la voluntad del Señor será avergonzado. Si usted ha sido utilizado por el enemigo para destruir a quien Dios ha elegido, arrepiéntase y póngase a bien con el Señor ahora. ¡Esto es un aviso!

        En Cristo, con amor,

        R. R. Soares