CÓMO DIOS NOS HACE BIEN

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2025-03-17 03:00:00
Bien has hecho con tu siervo, Jehová, conforme a tu palabra.
Salmo 119.65
En las Escrituras, encontramos muchas personas que recibieron bienes del Señor; sin embargo, los que vivieron antes del Calvario no tuvieron la oportunidad de disfrutar del Reino de Dios entre los humanos. Esto lo trajo Jesús, que preparó a los discípulos para que fueran por el mundo y difundieran la Buena Nueva del Evangelio (S. Marcos 16.15). En Su primera venida, el Salvador curó a los enfermos, echó fuera a los demonios y Su gracia dio la seguridad de la vida eterna (S. Mateo 4.17; S. Lucas 10.9). ¡Qué privilegio y responsabilidad tenemos!
Los llamados a formar parte del ministerio de Cristo pueden predicar la noticia más deseada a toda criatura: ya no tenemos que sufrir los embates del mal. Los enviados de Dios ya comienzan a realizar la misma obra que llevó a cabo Su Hijo, anunciando que Jesús nos ha liberado del imperio de las tinieblas y nos ha dado el poder para llevar a cabo nuestra misión. El que crea y se bautice se salvará (S. Marcos 16.16).
Qué bueno es ir a cualquier nación, reunir a la gente en un lugar y decirles que pueden ser curados de sus males, incluso el dolor de conciencia por alguna mala acción. Si creen, serán liberados allí mismo. El mensaje de Jesús es el único capaz de liberar a los dominados por las fuerzas del mal y curar a los enfermos (S. Juan 8.36). ¡Es hermoso ver cómo se libera a los oprimidos!
El salmista rogaba a Dios que le hiciera el bien. Pues bien, el Señor siempre hace el bien, curando a las personas, liberándolas y salvándolas. Por eso debemos darle al Padre la gloria que le corresponde, porque pensó en la humanidad cuando anunció que Su bondad pertenece a todos (1 Timoteo 2.3-4). Quien crea y ocupe el lugar que Jesús ha sustituido, pronto ve desaparecer sus problemas. Hay que vivir la Verdad, que es Jesús
Nadie en el mundo está fuera de la obra realizada por Cristo (S. Juan 3.16). Tenga la certeza de que el poder del Altísimo obrará en cualquiera que escuche el Evangelio cuando se vea abrumado por los peores males. Si nos atrevemos a enseñar a sanar a los enfermos y a liberar a los oprimidos, pronto veremos a muchos restaurados en su salud, liberados de sus adicciones y transformándose en salvos por la sustitución realizada por Jesús.
No importa el problema, nuestro Dios es más grande que cualquier opresión del maligno. Cuando oramos, debemos hacerlo con la certeza de que los cautivos serán liberados. Cuando nos encontremos con los enfermos, debemos guiarles para que escuchen el mensaje de Cristo a fin de que se curen. El diablo ya no puede oprimir a los que escuchan lo que el Señor dice en Su Palabra. Somos ministros del Reino de la Verdad, así que crea y avance en la fe.
Podemos actuar como el Salvador, cuando anunció a todos que el Espíritu de Dios estaba sobre Él, lo había ungido y lo había enviado a predicar el Evangelio a toda criatura. De este modo, los afligidos acudían a Él y eran atendidos. Sin duda, seremos testigos del poder del Señor actuando en estas personas, tal como Jesús lo hizo y ministró. Manténgase firme en su fe y use también su autoridad de siervo del Padre para hacer el bien.
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Dios de la Buena Noticia! El mundo espera más de nosotros, por eso Te pedimos sabiduría y virtud para ayudar a los perdidos a encontrarte y seguirte. ¡Clamamos por Tu guía en toda situación!
Tú haces el bien a Tus siervos. Esta es una verdad conocida por los que Te buscan. Tu amor nos inunda cada vez más para servirte en Espíritu y en verdad. ¡Tu amor nos constriñe, y Tu virtud nos equipa con poder y conocimiento!
Todo lo que obtenemos de Ti nos es dado según Tu Palabra. Oramos por más de Tu presencia, para que podamos mostrar a aquellos que lo piden el camino a la bendición. Debemos servirte mejor, porque hemos sido llamados a hacerlo. Te damos gracias, Señor.