Desde la expulsión del hombre del jardín del Edén, Dios ha hablado a la humanidad de diferentes maneras. Una de las primeras personas que escuchó directamente al Señor fue Caín, antes de matar a Abel, su hermano: Entonces Jehová dijo a Caín: —¿Por qué te has enojado y por qué ha decaído tu semblante? (Génesis 4.6). Sin embargo, el muchacho ni siquiera hizo caso a la advertencia divina. Resultado: se convirtió en el primer homicida del mundo. ¡Caín actuó como un monstruo!

No hay ningún registro bíblico de que alguien, después de Caín y antes de Noé, haya escuchado la voz de Dios. Noé llegó a ser conocido como el predicador de la justicia (2 Pedro 2.5), ministrando durante unos 120 años, pero el pueblo no lo escuchó. En sus días, el mundo estaba entregado a la carnalidad y a la concupiscencia (S. Lucas 17.26-27; 1 Juan 2.15-17). Noé escuchó la voz del Altísimo, advirtiendo que el fin estaba cerca. En aquella época, la gente vendía y compraba, se casaba y se daba en casamiento (S. Mateo 24.38), ¡pero nadie buscaba al Señor!

Dios le ordenó a Noé que construyera un arca para que él y su familia se salvaran. Así lo hizo, juntó también alimento para él, su familia y los animales. Entonces le fue dicho: Dijo luego Jehová a Noé: «Entra tú y toda tu familia en el arca, porque sólo a ti he visto justo delante de mí en esta generación. (Génesis 7.1). El siervo de Dios enfrentó dificultades, ya que el diablo lo tentó a que olvidara el mensaje divino, ¡pero Noé perseveró!

El Señor Se comunicaba con los patriarcas, profetas y reyes directamente, así como a través de ángeles, sueños y visiones. Con la venida de Jesús, el Altísimo se dirigió una vez más a quienes vieron el bautismo de Su Hijo y con quienes estuvo en el monte de la transfiguración. Además, habló cuando algunos griegos pidieron ver al Maestro (S. Mateo 3.16-17; S. Marcos 9.2-7). El Maestro escuchó del interés de los griegos, oró para que fuera glorificado e, inmediatamente, el Padre respondió que ya lo había glorificado y lo volvería a hacer (S. Juan 12.28). ¡El Señor siempre habla!

Según el versículo base de este mensaje, en estos últimos días Dios se dirige a Sus fieles a través de Su Hijo, Su Palabra (S. Juan 1.14). Debido a que Él es Señor sobre todas las cosas, Dios no se limita a este último medio. Si quiere o la situación lo requiere, el Padre nos revelará lo que es bueno para nosotros y transmitirá Su mensaje, usando lo que Él desea. Ahora, hoy, el Señor nos muestra Su voluntad a través de las Escrituras. ¡Él siempre hace lo mejor!

El profeta Joel solía hablar del derramamiento del Espíritu Santo, como sucedió el día de Pentecostés, cuando los 120 que permanecieron en Jerusalén, obedeciendo al Señor, fueron llenos de poder de lo Alto (Hechos 2). Recuerden que eran casi 500 personas, pero muchas priorizaron otras cosas en lugar de perseverar delante de Dios. Como resultado, perdieron el cumplimiento de la promesa. Joel dijo que los ancianos soñarían y los jóvenes tendrían visiones (Joel 2.28-32).

No importa qué método utilice el Todopoderoso para transmitirle Su mensaje. Si persevera en la fe, contemplará también la gloria de Dios brillando sobre la Iglesia. ¡Quien no persista escuchará, pero no tendrá el privilegio de ser testigo ocular de la obra que el Todopoderoso quiere realizar en estos últimos tiempos a favor de la humanidad!

En Cristo, con amor,

R. R. Soares