¿CON QUÉ SE LIMPIARÁ?

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2025-03-13 03:00:00

¿Con qué limpiará el joven su camino? ¡Con guardar tu palabra!


Salmo 119.9

Durante la pubertad, los jóvenes de ambos sexos producen hormonas que les serán útiles en la vida adulta, pues cuando se casen, necesitarán construir una familia sólida y completa para gloria de Dios (Salmo 127.3-5). Esta producción de hormonas no puede servir como motivo para pecar. El Señor prohíbe la transgresión en este ámbito, pero autoriza a quienes alcanzan la edad adecuada a casarse. Ahora bien, nadie peca al casarse; sin embargo, las personas solteras que prefieren “salir” como si estuvieran casadas cometen iniquidad (Efesios 5.5; Hebreos 12.16; 13.4).

Los siervos del Señor deben permanecer santos, para que no sufran el castigo eterno. Hoy en día, incluso los padres animan a sus hijos a traer a casa a la persona con la que están saliendo; algunos se encierran en su habitación. Esto es fornicación, y el resultado de este pecado es la segunda muerte: la separación eterna de Dios (Apocalipsis 21.8). La primera muerte ocurrió como resultado del pecado de Adán. ¡Cuidado!

El apóstol Pablo advirtió sobre esta “libertad” de los padres en relación a sus hijos, diciendo: Pues vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias pasiones. (2 Timoteo 4.3). Incluso en familias cristianas se oye que esto sucede. ¿Por qué practicar lo que la Biblia prohíbe si ello conducirá a la muerte eterna? ¡Sea sabio y cuídese de los actos condenables!

Hoy en día está “de moda” que los padres estén desnudos delante de sus hijos. Las Escrituras hacen una lista de las personas a quienes se les prohíbe ver la desnudez de los demás, para que no sean maldecidos (Levítico 18.6-19; 20.11-21). A veces esta desnudez tiene que ver con la intimidad sexual. ¡No se debe usar nada que escandalice a los demás, ya que puede causar mala conducta, y quien lo haga será responsable!

La Palabra tiene poder para limpiar el camino de los jóvenes. Todavía inmaduros y guiados por las hormonas, actúan de manera contraria a la Biblia y se deprimen. Algunas personas ni siquiera pueden perdonarse a sí mismas por haber cometido algún pecado. Sin embargo, cuando buscan al Señor, descubren que Él les perdona y les limpia de toda maldad (1 Juan 1.9).

El secreto para escapar de las garras de la perdición es ver el camino a través del prisma declarado por el Señor en las Escrituras. Así, ya no tendrán los remordimientos de conciencia que oprimen a quienes aún no han aprendido a vivir dentro del escape divino, que es observar la dirección del Cielo que se encuentra en la Palabra. Aquellos que no se apartan de la posición que agrada al Altísimo y se esfuerzan en la lucha de la vida, resistiendo las tentaciones, gozan de una vida libre y abundante.

Un ejemplo de que vale la pena huir de las tentaciones es la vida de José, hijo de Jacob, que siendo aún joven no se dejó arrastrar por las palabras seductoras de la mujer de Potifar, capitán de la guardia del Faraón (Génesis 39.7-12). No hay nada mejor que mantenerse firme ante Dios, el Todopoderoso. Por no aceptar la petición de esta mujer infiel, José fue a la cárcel; sin embargo, como era inocente, ¡salió de allí para gobernar Egipto!

 

        En Cristo, con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios, nuestro Purificador! Has colocado en las Escrituras el mapa para todas las personas que caen en las trampas del enemigo. Al seguir Tu guía, ellos podrán permanecer erguidos, siendo usados ​​por Ti de una manera poderosa y victoriosa. ¡Tú eres nuestro Instructor!

Los jóvenes y otras personas que caen en las trampas de la tentación pueden invocar Tu Nombre y ser libres de las trampas del diablo. Tú les enseñarás el camino en que deben andar y vivir libres de los males del reino de las tinieblas. ¡Con Tu enseñanza y Tu ayuda venceremos!

Dejarnos guiar por la Biblia es lo mejor para nuestras vidas. En ella está todo lo que necesitamos para que seamos libres, para honrarte y no le demos ninguna oportunidad al mal. Haremos lo mejor que podamos gracias a la unción que nos has dado. ¡Te agradecemos por Tu ayuda!