CONSOLADORES MOLESTOS

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2024-01-11 03:00:00
Muchas veces he oído cosas como éstas, ¡Consoladores molestos sois todos vosotros!
Job 16.2
¡Qué gran contraste entre los amigos de Job y Jesús! Los consolados por Cristo se convirtieron en verdaderos consoladores. Los amigos de Job hacían lo que podían, pero en realidad molestaban al patriarca, que ignoraba la razón de su intenso sufrimiento. A Job le molestaban sus insinuaciones, que eran ciertas, pero la causa de su aflicción seguía siendo desconocida. Sin embargo, él ¡necesitaba saber cuál era para librarse de ese flagelo!
Muchos dicen estar listos para hacer la obra divina -incluso juzgan a los que predican la Palabra como hizo Jesús-, pero solo conocen una parte del Evangelio. Cristo dijo que nos dio el ejemplo: Porque ejemplo os he dado para que, como yo os he hecho, vosotros también hagáis. (S. Juan 13.15). Los "consoladores" de hoy harían mejor si volvieran a leer los Evangelios como si nunca los hubieran leído y meditar sobre las prácticas y declaraciones del Señor.
Estos consoladores hacen un hermoso trabajo, porque hablan del amor de Dios, de la santidad indispensable para los seguidores de Cristo, pero necesitan conocer un poco más las enseñanzas bíblicas, como Apolo: Éste había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque sólo conocía el bautismo de Juan. (Hechos 18.25). ¡Incluso los 12 apóstoles fueron incapaces de recibir todo! (S. Juan 16.12)
Los ministros del Evangelio deben saber que están bajo las órdenes de Cristo. Fueron colocadas en las Escrituras para que la ejecución de la obra fuera correcta. Sin embargo, quienes no leen la Biblia ni meditan en ella olvidan lo que deben decir o solo aprenden parcialmente sus enseñanzas. Incluso algunas actitudes lo demuestran, porque Jesús dijo que era manso y humilde de corazón, sin embargo ¡algunos de ellos se refieren a nosotros con un odio visible en sus rostros!
¿Por qué debe haber división en el Reino de Dios, después de lo que Jesús dijo a los apóstoles, que prohibieron al hombre echar fuera demonios en Su Nombre? Él no estaba en la lista de los ministros de la Iglesia, así que no podía hacer eso: Juan le respondió diciendo: —Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue, y se lo prohibimos porque no nos seguía (S. Marcos 9.38). ¡Qué valor tuvieron los doce!, ¿no es verdsad?
Cuando los apóstoles hablaron de la intrepidez al no permitir que el predicador de otra congregación hablara de Cristo y de la obra, que era similar a la del grupo, fueron reprendidos por el Líder: Pero Jesús dijo: —No se lo prohibáis, porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda hablar mal de mí, (S. Marcos 9.39). ¿Cuántos han orado para que Dios no dejara predicar a cierta persona, porque estaba arruinando el ministerio? ¡Misericordia para quien hizo esto!
Los consoladores de Job fueron llamados molestos. ¿Qué clase de consoladores hemos sido? Los discípulos no recordaban una de las primeras enseñanzas del Maestro: Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está. (S. Marcos 9.40). ¿Qué clase de consoladores fueron ellos? ¡Misericordia! Nuestro comportamiento se demuestra con nuestros actos, nuestras palabras y las lecciones que recibimos y damos. ¡Que su vida y su ministerio glorifiquen al Señor!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Amado Señor! No queremos ser consoladores molestos, sino los que viven en Tu presencia y tienen algo que ofrecer a los que sufren. No estamos creando algo para nosotros mismos, como una hacienda para que vivamos tranquilo, ¡sino cumpliendo la misión de una manera que Te glorifique!
Ayúdanos a ser personas que solo dicen cosas que vienen de Ti. Queremos vivir a Tus pies con amor y entrega, ¡para que la humanidad se salve de la perdición destinada a los que no Te aman!
Abre nuestro entendimiento, liberándonos de las tentaciones que provienen de la astucia de Satanás para desviarnos del Camino. Con Tu ayuda, ¡somos más que vencedores en Cristo, que nos amó y se entregó para salvarnos y usarnos!