EL DON ES PERSONAL

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2025-05-24 03:00:00

Quisiera más bien que todos los hombres fueran como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.


1 Corintios 7.7

Es hermoso ver que Dios creó a cada ser humano con características diferentes, pero dotado de la capacidad de amarlo. Algunos, insatisfechos con el trabajo que los hizo únicos entre la especie humana, ceden al espíritu de rebelión, lo que les causa gran daño. Aunque nieguen la existencia del Creador, saben que tendrán que comparecer ante el tribunal de la eternidad para rendir cuenta de lo que hicieron con sus cuerpos, sea bueno o sea malo (2 Corintios 5.10).

El diablo ha logrado que estos rebeldes actúen en contra del plan de Cielo. Sin embargo, si vuelven a Dios y confiesan sus errores, serán perdonados, tendrán el amor divino y se sentirán realizados, porque, después de todo, fueron creados para esto. Se debe evitar el ejemplo de los ángeles caídos: Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a prisiones de oscuridad, donde están reservados para el juicio. (2 Pedro 2.4).

Entre los salvos hay los que están en rebelión, anteponiendo sus deseos a los planes de Dios, y por eso no obtienen la victoria. Ahora bien, esta persona necesita aprender que está bajo la gracia divina, que no recuerda los pecados cometidos, sino que lo llama al arrepentimiento (Romanos 2.4). El Señor le recibirá en cualquier momento de la vida; ¡de lo contrario, no entrará en la Tierra Prometida, el mundo de felicidad infinita creado para nosotros!

Al ver la rebelión de los israelitas durante sus días en la Tierra, al no ser recibido por los suyos, aunque los profetas habían avisado de Su venida, dando detalles inequívocos, Jesús lamentó así su decisión: ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, pero no quisiste! (S. Mateo 23.37). ¡Todavía hay tiempo para llegar a Dios!    

El Maestro concluyó diciendo: Vuestra casa os es dejada desierta (S. Mateo 23.38). Su casa ha estado desierta desde el día en que Cristo lamentó sus acciones, y el sufrimiento que soportaron fue indescriptible. Pasaron casi dos mil años sin la presencia del Señor y sin protección contra la ira de Satanás. Sin duda los sinceros estarán de acuerdo en que de nada sirve tener las promesas sin el poder divino. ¡Busque ambos y los encontrará!  

Se perdieron la era de la gracia en la que somos perdonados, santificados y ungidos para hacer la voluntad del Padre sin obstáculos. Pero Jesús les advirtió: Pues os digo que desde ahora no volveréis a verme hasta que digáis: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”» (S. Mateo 23.39). Viene el día cuando el velo que usó Moisés, para que los hebreos no pudieran ver la gloria de Dios, será quitado, y entonces se convertirán (2 Corintios 3.13-16). ¡Aleluya!

Comprenda el regalo divino para su vida y hónrelo. El Señor no hizo nada torcido y le creó para que Él pudiera ser glorificado en su vida. No hay nada mejor que honrar el plan que el Todopoderoso tiene para usted. El diablo tentará a todos los hombres, pero los que sean fieles a Dios escaparán de la trampa del Infierno. Recuerde: su elección aquí tendrá repercusiones para siempre. ¡Exalte al Señor!

 

En Cristo, con amor,

 

     R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor de nuestro don! Nunca queremos tener un espíritu de rebelión, para que no seamos la parte que sufrirá el castigo eterno. ¡Clamamos por Tu ayuda, para que Tu virtud nos guarde de tropezar y de actuar fuera de Tus buenos y maravillosos planes!

Oramos por aquellos que carecen de fuerzas para buscarte, porque no saben que el reino del mal los domina. Esta persona no entiende que todo lo que tiene que hacer es invocar el Nombre de Jesús, que es nuestra victoria, y será libre. ¡Invoco este Nombre poderoso!

Te damos gracias por el camino abierto por los pies de Tu Hijo, que hizo necesario que la gente viniera a Ti. Que Tu amor esté sobre las personas que ahora oran conmigo. ¡Ahora bendigo a todos en Tu santo Nombre!